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Archivo de la noticia: Abril 2012


¿Se apaga el croar?

 

Investigaciones recientes de la Escuela de Medicina Veterinaria apuntan a que el hongo patógeno conocido como Batrachochytrium dendrobatidis (Bd) podría estar jugando un papel importante en la reducción de las poblaciones de anfibios.


El descenso en el número de ranas que habitan las 193.929 hectáreas del parque internacional La Amistad, en Costa Rica, ocupa la atención de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (UNA). Investigaciones recientes apuntan que el hongo patógeno conocido como Batrachochytrium dendrobatidis (Bd) podría estar jugando un papel importante en la reducción de las poblaciones de anfibios. Es probable que en combinación con otros factores, aún no bien determinados, generen la enfermedad conocida como quitridiomicosis.

Gilbert Alvarado, responsable del estudio e investigador del Laboratorio de Patología de la UNA y la Escuela de Biología de la UCR explicó que al parecer este hongo interfiere en el transporte de electrolitos a través de la piel, causando un desequilibrio en las concentraciones de éstos en la sangre, situación que podría ser tan severa como para causar la muerte de los animales. Según el estudio “Bd en los anfibios de la Cordillera de Talamanca, un enfoque patológico, ecológico y molecular”, la presencia del hongo genera cambios importantes en la anatomía de la piel que conllevan a los cambios patofisiológicos necesarios para poner en peligro la vida del animal.

El hongo patógeno Bd posee una espora que requiere del agua para desarrollarse, de ahí que podría encontrarse hasta en la humedad de la hojarasca. “Una vez instalado en la piel de la rana se presentan dos reacciones principales; se generarán más capas de células y además se engrosará la queratina de la piel”.

Alvarado agregó que una vez que la rana se enferma, ésta empieza a presentar signos de letargo, posturas anormales, comportamientos no naturales, la piel pierde color o se enrojece y en la etapa más severa de la enfermedad podrían aparecer úlceras. En algunos casos, el animal no muestra signos y simplemente puede ser encontrado muerto.

Para este estudio se examinaron 244 anfibios de 41 especies pertenecientes a 10 familias de anuros y provenientes de seis sitios de muestreo de las tierras medias y altas (500-3000 msnm) de la Cordillera de Talamanca en Costa Rica; colectados entre los años 2007 y 2008, los cuales se analizaron para determinar la presencia de Bd en su piel mediante biopsias tomadas del parche pélvico y procesadas mediante los métodos de rutina para el estudio en histopatología.

Según el investigador, las infecciones ocurrieron en todos los sitios de muestreo y se determinó una prevalencia general correspondiente al 15% (36 especímenes). Cerca de la mitad de las especies y de las familias estudiadas presentaron al menos un individuo infectado; siendo las ranas terrestres las que presentaron más individuos con la presencia de Bd, especialmente las conocidas como ranas de hojarasca.

Los datos sugieren que se debe enfocar la atención en entender con más detalle los ambientes terrestres, y sobre todo en áreas donde el quitridio parece ser endémico.