“El colapso de edificios posterior al terremoto de 7.8 en Turquía y Siria podría interpretarse como una débil implementación de la normativa vigente en construcción, lo mismo que la escasa fiscalización de las autoridades locales, en una región del mundo propensa a sismos severos”, así lo expresó Francisco Miranda, director del Programa de Desarrollo y Mantenimiento de la Infraestructura Institucional de la Universidad Nacional (UNA).

Miranda, también coordinador de la Comisión Institucional de Emergencias de la UNA (CIEUNA), explicó que en primer lugar es importante considerar las condiciones geológicas del terreno donde ocurre un sismo de cierta magnitud, el tipo de suelo, particularidades de la falla que lo provoca, duración, profundidad del evento y características estructurales de la edificación.

Agregó que en cuanto a normativa estructural en sitios como Turquía, resulta claro que históricamente la región presenta características geológicas que la catalogan como una zona propensa a sismos de magnitud severa o muy severa; dentro de los elementos a considerar se determina que en los últimos años los turcos han tomado algunas medidas constructivas enfocadas a condiciones sismo resistentes.

“En varios países con alta sismicidad se han implementado procesos de aprendizaje y toma de medidas con criterio sismo resistente que han permitido mejorar las condiciones de la infraestructura de un país en procura de salvaguardar la vida humana. Algunos ejemplos son: Japón, Chile, Estados Unidos, México y por supuesto Costa Rica, que cuenta con un Código Sísmico y de Construcciones, que regula las características de la infraestructura en el país, desde el diseño y la construcción, considerando criterios sismo resistentes que permiten levantar edificaciones seguras ante temblores de elevada magnitud”, explicó Miranda.

Causas del posible colapso de edificios en Turquía

1. La normativa es reciente y se aplica a edificaciones nuevas parcialmente, pues la vigilancia o inspección de entes encargados no se realiza al 100% de las edificaciones construidas permitiendo que algunos constructores no apliquen la normativa al 100% o incluso se podría pensar que en algunas obras no la aplican del todo.
2. Existencia de edificaciones de mayor antigüedad a la implementación de la normativa que no cumplen con criterios sismo resistentes y que con la implementación de nueva normativa no llevaron ningún proceso de mejora  que permitiera darles mayor seguridad, esto incrementa el riesgo de colapso de una edificación.
3. Edificios históricos o mucho más antiguos que no tienen ninguna condición de resistencia ante eventos sísmicos y que han sufrido desgaste en sus materiales con el tiempo.
4. Sin conocer el tipo y características de los materiales que se utilicen en las construcciones en esta región, pero por experiencia vista en otros países, el uso inadecuado de materiales de construcción, malas prácticas constructivas y falta de controles de calidad puede favorecer daños y colapso de edificios, tal como ocurrió en Puerto Príncipe, Haití en 2010 que provocó el colapso de miles de edificaciones y la muerte de más de 250 mil personas.