Misión estadounidense y Laboratorio de Análisis Ambiental de la UNA recolectan datos que permitan entender mejor el comportamiento del carbono y otros gases que causan el efecto invernadero.
El carbono es un elemento químico fundamental para los seres vivos, sin embargo, combinado con moléculas de oxígeno produce dióxido de carbono, uno de los gases causantes del efecto invernadero. Con el objetivo de conocer más acerca del ciclo del carbono, una misión de científicos estadounidenses recorre el planeta de polo a polo.
El programa, patrocinado por el Centro de Investigación Atmosférica de Estados Unidos, se conoce como Observaciones de Polo a Polo de Trazas Atmosféricas (Hippo, por sus siglas en inglés), cuyo fin es realizar mediciones en la tropósfera, capa donde se producen los fenómenos atmosféricos, para determinar cómo se comportan el carbono y otros gases que causan el efecto invernadero.
La Universidad Nacional (UNA), desde el Laboratorio de Análisis Ambiental de la Escuela de Ciencias Ambientales, es parte de este proyecto. “Nos solicitaron que cuando el avión despegara, lanzáramos simultáneamente un globo meteorológico, esto con el objetivo de validar los datos de ozono y vapor de agua”, comentó Jessica Valverde, investigadora del Laboratorio.
El lanzamiento de globos metereológicos o globos sonda se realiza en nuestro país desde el 2004, estos cargan herramientas capaces de medir parámetros fisicoquímicos como presión, temperatura, humedad, velocidad y dirección del viento, mediante un instrumentos conocido como vaisala, además se mide la concentración de ozono y ocasionalmente la concentración de vapor de agua.
“Vamos a lanzar una sonda que mide la concentración de ozono en la columna atmosférica, y le acoplamos un higrómetro criogénico de punto de congelación o de rocío, para determinar la concentración de vapor de agua”, explicó Víctor H. Beita.
De acuerdo con Valverde, la misión Hippo, solo puede hacer mediciones hasta unos 15 km de altura, mientras que los globos sonda pueden hacer mediciones que en promedio rondan los 30 kilómetros de altura. “Estos datos nos permiten comprender mejor la dinámica atmosférica, y correlacionar esta información con la obtenida por medio de satélites y/o aviones para desarrollar modelos que eventualmente ayuden a proyectar el comportamiento climático a corto, mediano y largo plazo.
Durante los días 26 y 27 de marzo se realizará en la Biblioteca Joaquín García Monge de la UNA, el IV Taller del proyecto Ticosonde, el cual pretende recopilar datos de alta calidad acerca del vapor, el ozono, la temperatura, la presión y la intensidad del viento a través de lanzamientos de globos meteorológicos desde el Aeropuerto Juan Santamaría, con el fin de elaborar modelos climáticos, evaluar las condiciones de calentamiento global terrestre y analizar la degradación de la capa de ozono, entre otros.
El programa, patrocinado por el Centro de Investigación Atmosférica de Estados Unidos, se conoce como Observaciones de Polo a Polo de Trazas Atmosféricas (Hippo, por sus siglas en inglés), cuyo fin es realizar mediciones en la tropósfera, capa donde se producen los fenómenos atmosféricos, para determinar cómo se comportan el carbono y otros gases que causan el efecto invernadero.
La Universidad Nacional (UNA), desde el Laboratorio de Análisis Ambiental de la Escuela de Ciencias Ambientales, es parte de este proyecto. “Nos solicitaron que cuando el avión despegara, lanzáramos simultáneamente un globo meteorológico, esto con el objetivo de validar los datos de ozono y vapor de agua”, comentó Jessica Valverde, investigadora del Laboratorio.
El lanzamiento de globos metereológicos o globos sonda se realiza en nuestro país desde el 2004, estos cargan herramientas capaces de medir parámetros fisicoquímicos como presión, temperatura, humedad, velocidad y dirección del viento, mediante un instrumentos conocido como vaisala, además se mide la concentración de ozono y ocasionalmente la concentración de vapor de agua.
“Vamos a lanzar una sonda que mide la concentración de ozono en la columna atmosférica, y le acoplamos un higrómetro criogénico de punto de congelación o de rocío, para determinar la concentración de vapor de agua”, explicó Víctor H. Beita.
De acuerdo con Valverde, la misión Hippo, solo puede hacer mediciones hasta unos 15 km de altura, mientras que los globos sonda pueden hacer mediciones que en promedio rondan los 30 kilómetros de altura. “Estos datos nos permiten comprender mejor la dinámica atmosférica, y correlacionar esta información con la obtenida por medio de satélites y/o aviones para desarrollar modelos que eventualmente ayuden a proyectar el comportamiento climático a corto, mediano y largo plazo.
Durante los días 26 y 27 de marzo se realizará en la Biblioteca Joaquín García Monge de la UNA, el IV Taller del proyecto Ticosonde, el cual pretende recopilar datos de alta calidad acerca del vapor, el ozono, la temperatura, la presión y la intensidad del viento a través de lanzamientos de globos meteorológicos desde el Aeropuerto Juan Santamaría, con el fin de elaborar modelos climáticos, evaluar las condiciones de calentamiento global terrestre y analizar la degradación de la capa de ozono, entre otros.