Roberta Hernández/unacomunica.una.ac.cr
El programa de televisión UNA Mirada analizó la legislación que prohíbe la relación de pareja entre una persona adulta y una menor de edad, ahora catalogadas como relaciones impropias. El objetivo del programa es dar a conocer esta legislación y hacer conciencia en la población de que es un tipo de relación desigual y violenta.
En esta ocasión, participaron en el panel los académicos de la Universidad Nacional (UNA), Kattia Castro y Pablo Chaverri, junto con la representante del Departamento de Violencia de Género del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), Adina Castro y la directora de Fundación PANIAMOR, Milena Grillo.
Grillo explicó que la Fundación PANIAMOR fue pionera en la solicitud y fundamentación de las relaciones impropias, pues no existía en el país protección a las adolescentes ni a las adolescentes madres que tenían una relación o convivían con adultos. La entidad lideró una campaña de concientización tanto desde lo conceptual como desde lo legal hasta lograr incidir en la Asamblea Legislativa. En este proceso se involucró el INAMU, el Fondo de Población del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y las universidades estatales.
Las relaciones impropias son hoy sancionadas por la Ley 9406, vigente desde enero de 2017. Esta legislación reformó el Código de Familia y el Código Penal para prohibir el matrimonio con personas menores de 18 años y sancionar con pena de prisión "a quien se haga acceder o tenga acceso carnal por vía oral, anal o vaginal con una persona menor de edad, siempre que no constituya delito de violación”.
La Ley establece, específicamente, pena de cárcel de 3 a 6 años cuando la víctima sea mayor de 13 y menor de 15 años y el autor sea 5 o más años mayor; de 2 a 3 años, cuando la víctima sea mayor de 15 y menor de 18 años y el autor sea 7 o más años mayor; y de 4 a 10 años, siempre que el autor tenga en relación con la víctima la condición de ascendiente: tío, tía, hermano o hermana, primo o prima por consanguinidad o afinidad, sea tutor, guardador o se encuentre en una posición de confianza o autoridad con respecto de la víctima o su familia, medie o no relación de parentesco.
Los panelistas coincidieron en que las relaciones impropias tienen múltiples consecuencias psicosociales, principalmente porque suelen vincularse con otros tipos de violencia, entre ellas la física, la sexual, la psicológica y la patrimonial.
UNA Mirada conversó con la estudiante de undécimo año del Conservatorio Castella, Daniela Chávez, quién ha participado en talleres de capacitación y concientización sobre las relaciones de pareja saludables en la fundación PANIAMOR. Chávez confirmó que muchas de sus amigas mantienen relaciones sentimentales con adultos, de 5 a 10 años mayores que ellas. En ocaciones estas relaciones cuentan con la aprobación de los padres de las adolescentes. La estudiante explicó que la solvencia económica del adulto es la principal razón por la que muchos padres consienten este tipo de relaciones.
El investigador del Instituto de Estudios Interdisciplinarios en Niñez y Adolescencia (Ineina-UNA); Pablo Chaverri, indicó que este tipo de relaciones se normaliza como consecuencia del patriarcado. Aseguró que las relaciones impropias son violentas y únicamente la construcción de una nueva masculinidad podría ayudar a eliminarlas de nuestra sociedad.
En este sentido, el Fondo de Población del PNUD ha creado una serie de materiales de apoyo para concientizar sobre las relaciones impropias, tanto a funcionarios de instituciones públicas y privadas, como a jóvenes en las comunidades más vulnerables. La capacitación y la información son claves para denunciar y frenar este tipo de relaciones.
La representante del Departamento de Violencia de Género del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), Adina Castro García, motivó a la población a denunciar este tipo de relaciones, ya que urge detener las consecuencias negativas sobre la población adolescente. Un reciente estudio realizado en la UNA reveló que el 88% de los 14 mil nacimientos anuales de adolescentes madres en Costa Rica, es producto de relaciones impropias.