Alrededor de 100 investigadores, empresarios y productores se dieron cita, el pasado 6 de noviembre, en el I Simposio Internacional del Bambú en Costa Rica, realizado en la UNA.
El bambú puede desarrollarse en suelos degradados, tiene un rápido crecimiento, una alta fijación de dióxido de carbono, y es útil para la preservación de los suelos debido a su capacidad para almacenar agua.
Alrededor de 100 investigadores, empresarios y productores se dieron cita este martes 6 de noviembre en el I Simposio Internacional del Bambú en Costa Rica, realizado en el auditorio Clodomiro Picado de la Universidad Nacional (UNA).
“El bambú contribuye a la meta de poner fin a la pobreza porque sirve para potenciar el desarrollo rural debido a su adaptabilidad a los terrenos y condiciones climáticas adversas. Es un producto de rápido crecimiento a bajo costo, que dinamiza la economía local y genera productos de alto valor agregado que permiten reducir la pobreza en las zonas rurales”, dijo Octavio Ramírez , representante de la Organización e la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) en Costa Rica.
De acuerdo con Ramírez, un tercio de la población consume brotes tiernos de bambú, lo que representa una oportunidad para el país de ingreso a esos mercados. “Desde la FAO tenemos grandes metas, pero para lograrlas debe haber innovación y desarrollo tecnológico, en procura de un futuro más sostenible para todos”.
Para Luis Fallas, director Ejecutivo de Fundebambú, el bambú es una materia prima excepcional para el medio ambiente. “Hay mucho potencial en este producto para un desarrollo amigable y sostenible con el planeta. En nuestro país el norte de la producción se centra en la construcción, también podemos apuntar al valor nutricional para la alimentación y dejar una espinita en carbón activado”.
De acuerdo con Mariano Ávila, director Nacional de Extensión del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), esta es una oportunidad para ayudar a comunidades que no han tenido opción para producir nuevos empleos. “Uno de los ejes que se ha establecido en el MAG es el de la articulación interinstitucional, hoy lo vemos plasmado en un convenio que firmamos con Fundebambú, donde promoveremos a pequeños productores para que se conviertan en empresarios, apoyando desde pequeñas iniciativas ambientales hasta industrias completas que se pueden desarrollar con este cultivo. Poco a poco podemos colocar el producto en el mercado nacional para luego trascender fronteras”.
De acuerdo con la académica y coordinadora de esta actividad Marilyn Rojas, este tipo de eventos son clave para el encuentro con productores y especialistas. “Agradezco a mis estudiantes todo el apoyo para organizar esta actividad, espero que el estudio de bambú sea un aporte para su formación como ingenieros forestales, que puedan tener las herramientas para trabajar de la mano con los productores, quienes amablemente nos han abierto las puertas para realizar muchas de nuestras investigaciones”.
El Simposio Internacional de Bambú, el cual finalizará el próximo 8 de noviembre, cuenta con expertos de Alemania, India, Colombia, Ecuador, Francia, Perú, Panamá y Costa Rica, quienes discuten iniciativas en torno a cuatro ejes fundamentales:
- • Agronomía, desarrollo y cultivo.
- • Aprovechamiento y procesamiento industrial del bambú.
- • Cambio climático y servicios ecosistémicos.
- • Ingeniería, arquitectura y diseño.
Su objetivo es promover el conocimiento en los avances tecnológicos, los emprendimientos productivos, las novedades relacionadas con los procesos de transformación, comercialización, uso y cultivo del bambú, el desarrollo de la economía verde y la conformación de la cadena productiva integrada por los diferentes actores empresariales, profesionales e investigadores relacionados con las diversas actividades propias del bambú.
Esta actividad es organizada por el proyecto Bambú de la Escuela de Ciencias Ambientales en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Energía, el MAG, la FAO y Fundebambú.