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Breves


Gira educativa de la UNA atendió a más de 1.400 personas en comunidades peninsulares

En julio, 47 estudiantes de III, IV y V nivel de la carrera de Orientación de la Universidad Nacional (UNA) realizaron una gira académica en las comunidades de Jicaral, Naranjo, Lepanto y zonas aledañas. Durante cinco días desarrollaron jornadas formativas con estudiantes de primaria, secundaria y grupos organizados de la comunidad, con la participación de más de 1.400 personas.

Las actividades se llevaron a cabo en la Escuela de Playa Blanca, Escuela Bajos Negros, Escuela Cabo Blanco, Escuela de Lepanto, Escuela Montaña Grande, Colegio de Lepanto, Escuela Ricardo Moreno Cañas, Colegio Técnico de Jicaral y el Colegio Nocturno de Lepanto. Además, la gira incluyó acciones comunitarias como bingos, encuentros deportivos, dinámicas lúdicas con niños, asesoría individual y limpieza de playas.

Érika Vásquez Salazar, decana del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide), destacó que las giras constituyen una herramienta formativa esencial. “A través de estas experiencias, el estudiantado consolida saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales, mientras explora los desafíos de su futura práctica profesional. Estos procesos favorecen la construcción de una versión más crítica y comprometida de sí mismos, tanto en su rol estudiantil como en su proyección profesional”, afirmó.

Por su parte, Víctor Villalobos Benavides, director de la División de Educación para el Trabajo (DET), señaló que “el compromiso social y ecológico no puede entenderse como un componente accesorio, sino como un eje transversal en la formación del estudiantado. Las actividades de extensión representan oportunidades formativas que transforman tanto a las personas estudiantes como a las comunidades”.

La visita también incluyó un recorrido en la Isla San Lucas, donde las y los estudiantes reflexionaron sobre la memoria histórica y los derechos humanos. La estudiante Jasmín Solano Rojas comentó que “escuchar lo que vivieron las personas privadas de libertad en ese lugar fue impactante. Como orientadora en formación sé que el compromiso es educar en derechos humanos, valores, respeto y empatía para que historias como esta no se repitan”.

Las jornadas abordaron temas de orientación vocacional, éxito escolar, convivencia, prevención de violencia y sentido de vida. El impacto alcanzó a niñas y niños de preescolar, estudiantes de secundaria y personas adultas que cursan programas de educación nocturna.

El director de la Escuela Montaña Grande, José Fabio Paniagua, valoró la visita: “Cuando viene alguien de afuera, los padres de familia prestan más atención. Estos espacios son importantes porque acercan la realidad de la orientación a nuestra comunidad. Espero que en el futuro se amplíen más talleres como estos”.

La gira también incorporó un componente ambiental. Se recolectaron más de 170 kilogramos de residuos y tres kilogramos de tapas plásticas, que fueron entregados al sistema de reciclaje del Cide. 

En total, la actividad combinó proyección social, conciencia ambiental y formación profesional en terreno. Para el estudiantado de la carrera de Orientación, significó un aprendizaje vivencial que vinculó teoría y práctica, mientras fortalecía la presencia de la UNA en comunidades alejadas de la gran área metropolitana.