La Universidad Nacional (UNA), junto con el Parque Marino del Pacífico y diversas instituciones costarricenses, participa en un nuevo convenio de cooperación triangular entre Costa Rica, Chile y México que busca consolidar modelos sostenibles de maricultura en el país.
El proyecto pretende fortalecer las capacidades del Parque Marino en el cultivo de moluscos, el desarrollo de tecnologías de aprovechamiento responsable y la generación de oportunidades para las comunidades costeras del Golfo de Nicoya. “La maricultura se presenta como una alternativa sostenible y una solución viable para satisfacer las necesidades de una población en crecimiento, pero que también preserva el equilibrio ecológico”, dijo Víctor Sánchez, embajador de México en Costa Rica.
La iniciativa no solo se orienta a la conservación de los ecosistemas marinos, sino también al bienestar social. La pesca artesanal sostiene a cientos de familias en las costas del país y, como recordó la embajadora de Chile en Costa Rica, Margarita Portuguez, “su carácter es profundamente inclusivo al contar con la participación activa de mujeres, muchas de ellas jefas de hogar, que desempeñan un rol central en la economía local”.
Desde 1989, la UNA desarrolla proyectos de cultivo de ostras y, más recientemente, de mejillón y pargo manchado, en conjunto con asociaciones y cooperativas de pescadores. “En el caso del cultivo de ostras, esto ha sido un proyecto que ha desarrollado principalmente la Universidad Nacional, que tiene un laboratorio de producción de semillas”, explicó Jonathan Chacón, director del Parque Marino del Pacífico y académico de la Escuela de Ciencias Biológicas.
Este modelo, que combina investigación, transferencia tecnológica y trabajo comunitario, ya muestra impactos tangibles. Experiencias en islas del Golfo de Nicoya han generado empleo, turismo y emprendimientos locales, y demuestran que producir de manera responsable es también una vía para dinamizar la economía. “Cuando los grupos empiezan a ver que el proyecto les es rentable, cambian su visión: de extractores pasan a cuidadores del ambiente”, comentó Chacón.
El convenio cuenta con la asesoría técnica de la Universidad Católica del Norte de Chile y la Universidad Autónoma de Baja California, y se enmarca en la agenda de economía azul que impulsa Costa Rica. Para el ministro de Ambiente y Energía, Franz Tattenbach, este esfuerzo “da un paso más en la consolidación de la economía azul, donde la maricultura debe servir a la gente del país y generar riqueza sin poner en riesgo la protección de nuestros mares”.