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Breves


Rehabilitación de cuencas mejorará calidad de vida de sus habitantes

Las cuencas hidrográficas suponen relaciones complejas entre suelo, diversidad y las personas que la habitan. El pasado 15 de noviembre el investigador pasante Raúl Pineda López de la Universidad Autónoma de México, quien estuvo en el país del 14 al 18 del mismo mes, impartió la conferencia: ¿Es el manejo de cuencas hidrográficas una opción para el "desarrollo" en América Latina?, en una actividad organizada por la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional, (Edeca-UNA), donde el especialista desarrolló una propuesta para el manejo integrado de estos espacios territoriales.

De acuerdo con Pineda, los principales problemas de la cuenca se enfocan en la pérdida del estado de derecho, efectos del cambio climático, pérdida de valor y escasa participación ciudadana en la toma de decisiones, estrés hídrico, crecimiento poblacional y contaminación.

“El manejo de las cuencas siempre estuvo enfocado en la parte biofísica, luego tuvimos una evolución para llegar al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. Aquí vemos el concepto de integridad de la cuenca, donde se le asignan seis funciones: regular el agua, los sedimentos, la calidad del agua, la temperatura, conecta agua, suelo y bosque y le da cobijo y resguardo a las plantas y animales. Esta integridad que parte de un concepto norteamericano, no nos habla de salud de la cuenca, sino que mide variables para saber qué área debemos actuar”.

Para Pineda, la cuenca se debe analizar como un territorio. “La cuenca es un sistema jerárquico y anidado donde tenemos una gran cuenca y tantas microcuencas como se quieran, porque no tiene un significado en la realidad, lo que es importante es cómo se gestionan y se guía su manejo”.

Desde el Centro Regional de Capacitación en Cuencas, Pineda ha hecho una propuesta de manejo que se está aplicando en México, donde se desarrolla un modelo de rehabilitación que utiliza el manejo del conocimiento y uso de recursos naturales para controlar los efectos acumulativos, establecer la conservación, aumentar la resiliencia y  trabajar de manera multisectorial para crear alianzas para el cofinanciamiento, la seguridad económica, cubrir la huella hídrica  y asegurar la salud hídrico alimentaria.

“Al lado de esta propuesta estamos trabajando en un concepto en desarrollo llamado etnocuenca, porque la misma es habitada por personas.  Se toman en cuenta, además, los servicios ambientales ecosistémicos de la cuenca, entre ellos: secuestro de carbono, productos no maderables, hábitat para vida silvestre, recreación, fuente de agua, polinización, desarrollo del suelo, remoción de contaminación aérea y modificación local del clima entre otros”.

Marielos Alfaro, directora de la Edeca-UNA, dijo que por 50 años la Escuela se ha preocupado por formar a los profesionales en el manejo de cuencas con una visión integral, que nos ha permitido generar espacios y foros para la discusión, incluso política, en torno a la implementación de leyes que rigen el recurso hídrico.