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Criterios


Teletrabajo: ¿retroceso o revaloración?

*Fernando Montero Cordero

El último acontecimiento sucedido en Amazon, empresa que decidió volver a la presencialidad laboral, nos pone a analizar los pro y contra de la modalidad de teletrabajo.   

Andy Jassy, director ejecutivo de esta empresa, manifestó “es más fácil aprender, moldear, practicar y fortalecer nuestra cultura cuando estamos en la oficina juntos la mayor parte del tiempo”. Según Jassy volver a las oficinas crea un ambiente de innovación, trabajo en equipo, mejoramiento de la productividad, fortalecimiento de la cultura Amazon y reducción de puestos.

Y es que producto de la pandemia generada por el virus covid-19, la implementación del teletrabajo vino a generar una estratégica forma de producción, que según el Times es “el mayor experimento de trabajo desde la casa del mundo”.   

Solo para tener una idea de la magnitud de esta modalidad de “trabajo en casa”, el 37% de la población Económicamente Activa del mundo (PEA), hace teletrabajo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El modelo híbrido de oficina-casa representó, en el 2023, el 25% en EE. UU., 24% en Latinoamérica, 25% en Europa y el 37% en Asia, tal como se observa en la figura No. 1:

Creímos, por un momento, que el teletrabajo vino para quedarse, pero, al parecer, algunas grandes empresas están valorando elementos claves que se han “descuidado” con este modelo de trabajo.   

Algunas compañías sustentan su decisión de volver a las oficinas a partir del análisis de eficiencia, productividad, mejoramiento en la comunicación asertiva y cooperación entre la dirección y las personas trabajadoras. También analizan la gestión por resultados, donde la supervisión del avance del trabajo y los logros de objetivos y metas son fundamentales para el crecimiento empresarial.

Una encuesta elaborada por InfoJobs, a más de 1.300 empresas, evidenció un “retroceso” en las modalidades de teletrabajo. El comparativo es anualizado entre el 2023 y el 2024:          

La tendencia ha sido disminuir la demanda de contratos dirigidos a la inclusión de trabajo hibrido y una reducción que, aunque no es significativa, muestra un deterioro en este ámbito.

Según la teoría económica, la productividad marginal (que determina cuánto aporta a la producción de un bien o servicio el hecho de incrementar la cantidad de colaboradores o de horas laboradas) es un muy buen indicador que facilita la toma de decisiones. Esto implicaría mejorar las métricas que se utilizan en la actualidad para medir el grado de aporte sustancial que cada persona trabajadora imprime al producto o servicio final. Es conocido por todos que el teletrabajo se ha prestado para abusos tanto del empleador como de las personas empleadas y esto ha puesto sobre el tapete la discusión de cuánto hemos avanzado en la gestión y planificación empresarial mediante este mecanismo de empleabilidad.

Elementos como el bienestar físico y mental, riesgo psicosocial, ergonomía, niveles de ansiedad, descanso adecuado, sedentarismo, ausencia de habilidades duras y blandas en la digitalización y el uso correcto de herramientas tecnológicas son algunos retos que se han venido abordando en estos últimos años de teletrabajo.   

La delgada línea entre trabajo y vida privada nos lleva a realizarnos muchos cuestionamientos: ¿las empresas valoraron si sus colaboradores tenían el espacio y las herramientas necesarias para efectuar eficientemente sus labores desde casa?, ¿se reconocieron de forma efectiva los costos operativos como internet, depreciación de equipo personal, electricidad y otros, a las personas trabajadoras?, ¿se exigió más trabajo, se respetaron los horarios, los derechos y el bienestar de la persona trabajadora?, ¿hubo claridad en que era lo prioritario para la empresa?  Estas y otras preguntas siguen rondando en el ambiente laboral con el tema de teletrabajo. 

Por otra parte, las personas trabajadoras han visto con buenos ojos contar con mayor flexibilidad en la distribución de su tiempo y la interacción familiar, lo que mejora cualitativamente la atención de sus necesidades personales y las laborales, con un trabajo a su propio ritmo y panoramas claros de tiempos productivos.   

El ahorro de costos de pasajes, combustible, tiempo incurrido de transporte a la empresa, pago de parqueos, así como el liberarse del hacinamiento espacial en la oficina, reducir la contaminación ambiental y mejorar sus capacidades de uso de herramientas versátiles para el logro de objetivos de sus planes de trabajo, son algunas de las ventajas latentes en las clausulas de contratación laboral con el modelo híbrido de presencialidad y teletrabajo.  Podríamos decir que un buen porcentaje (26% según OIT) de las personas trabajadores se siente muy cómodos trabajando en la casa.

En esta misma línea, el teletrabajo le ha permitido a gran parte de la población mundial, entre esta a las personas con movilidad o visión reducida, la posibilidad de acceder a un empleo desde su casa, con las claras ventajas de conocer muy bien su espacio de trabajo.

Las grandes compañías tienen muy presentes que la seguridad informática, la sensación de estar solos por parte de las personas trabajadoras (efecto túnel), la dificultad de hacer trabajo en equipo cuando no hay contacto, la dificultar de organizar y planificar tiempos, reconocer a las personas líderes cuando solo tienen contacto con un único “jefe”, podrían ser algunos de los aspectos a mejorar en esta modalidad; esto con el fin de enfrentar un mundo cambiante diverso, donde el ser humano vuelve a ser el centro de atracción y sobre el cual gira el mundo.

Indudablemente el crecimiento y el bienestar económico del planeta vienen de la mano de ambientes laborales sanos, agradables y llenos de estímulos para la personas trabajadoras, quienes en última instancia, aportarán sus mejores esfuerzos en aquellas empresas que les brinden mayores oportunidades de crecer y vivir mejor.

*El autor es académico de la Escuela de Administración de la Universidad Nacional (UNA).