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Criterios


Economía circular: un enfoque integral para la sostenibilidad

*Julián Rojas Vargas 

La economía circular es un modelo económico sistémico que busca transformar el paradigma tradicional de producción y consumo, minimizando la extracción de recursos naturales, reduciendo la generación de residuos y maximizando la reutilización, el reciclaje y la regeneración de materiales y productos. 

A diferencia del modelo lineal tradicional, caracterizado por una secuencia de "extraer, producir, usar y desechar", la economía circular promueve un ciclo continuo de aprovechamiento de recursos, donde los productos se diseñan para múltiples usos y los materiales se reintegran al proceso productivo al final de su vida útil. 

Este enfoque se sustenta en principios de ecodiseño, innovación tecnológica, y eficiencia en el uso de recursos, con el objetivo de crear un sistema económico más sostenible, resiliente, y capaz de operar dentro de los límites planetarios.

Un análisis detallado de la economía circular evidencia que este modelo ofrece una gran oportunidad de aplicación a nivel mundial, particularmente en la gestión de residuos, un área con un potencial de impacto significativo. Diversos estudios indican que entre un 80% y un 90% de los residuos que actualmente se disponen en vertederos, rellenos sanitarios o sitios inadecuados, podrían ser recuperados y reintroducidos en el ciclo productivo.

Uno de los ejemplos más críticos de ineficiencia en la gestión de recursos es la pérdida de alimentos. Se estima que aproximadamente el 30% de los alimentos destinados al consumo humano en el mundo se pierden o desperdician, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas de alimentos anualmente. Los productos con mayores tasas de desperdicio incluyen cereales (30%), raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas (40-50%), pescados (35%) y carne y productos lácteos (20%). En América Latina y el Caribe, representa el 6% de las pérdidas mundiales de alimentos y se calcula que alrededor del 15% de los alimentos aprovechables se pierden cada año.

En Costa Rica, la gestión de residuos es un tema de creciente preocupación. Recientemente, se presentó el Plan Nacional de Recuperación de Residuos, que establece una meta de recuperación del 25% en los próximos diez años. Sin embargo, lo alarmante es que muchos de los rellenos sanitarios que reciben residuos de la Gran Área Metropolitana (GAM) tienen una vida útil estimada de solo diez años o menos. 

Esto subraya la necesidad urgente de pasar de la teoría a la práctica y comenzar a aplicar los principios de la economía circular, que dejan de lado el greenwashing (acto de confundir a los consumidores en relación con prácticas medioambientales de una compañía) y abordan el problema con pragmatismo y metas ambiciosas pero alcanzables.

Aunque el vidrio no es uno de los principales residuos, Costa Rica ha demostrado un ejemplo exitoso de economía circular en su procesamiento: la industria del vidrio utiliza como materia prima un 100% de vidrio reciclado. Este es un modelo a seguir que muestra cómo, con planes ajustados a la realidad, es posible hacer un uso integral de los recursos disponibles.

Otro ámbito crítico es el manejo de residuos orgánicos, como los residuos de alimentos y podas. En este contexto, la Universidad Nacional (UNA) ha desarrollado un enfoque interdisciplinario entre la Escuela de Ciencias Agrarias y UNA Campus Sostenible. Este proyecto, titulado Aprovechamiento de los residuos orgánicos no comestibles (restos de cáscaras de frutas y vegetales), Mermas de Frutas y Vegetales (ferias y supermercados), además, de subproductos de procesos agroindustriales mediante Técnicas de Compostaje automatizado y biosecado para su utilización en alimentación animal, busca reducir los residuos a través de un proceso integral.

Uno de los hallazgos más relevantes de este proyecto es que hasta un 30% de estos residuos orgánicos puede ser utilizado en la suplementación de la dieta del ganado, para mejorar tanto la calidad como la cantidad de la leche en comparación con la suplementación convencional basada en un 100% de concentrado. Este es un caso de éxito en la implementación de la economía circular, que demuestra cómo los residuos pueden ser utilizados de manera integral, que permite la optimización de recursos y la contribución a un sistema más sostenible.

En conclusión, la economía circular ofrece un enfoque viable y necesario para enfrentar los desafíos ambientales y económicos actuales. La transición hacia este modelo requiere la implementación de políticas y prácticas pragmáticas que aprovechen el potencial de recuperación y reutilización de recursos, como se demuestra en los casos analizados. Esto permitirá avanzar hacia una economía más sostenible, equitativa, y también respetuosa con los límites del planeta.

*El autor es académico, investigador y extensionista y coordinador del Centro de Acopio Institucional UNA Campus Sostenible, de la Vicerrectoría de Administración de la Universidad Nacional (UNA).