Este 25 de noviembre, Día Nacional e Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, el Instituto de Estudios de la Mujer (IEM) de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) invita no solo a conmemorar, sino también a reflexionar y actuar sobre las violencias patriarcales que persisten en todos los ámbitos de la sociedad, incluidas las instituciones académicas.
Este pronunciamiento se da en razón del aumento de la violencia social en Costa Rica que ha alcanzado niveles alarmantes, manifestándose de diversas formas, con los homicidios como su expresión más extrema, al negar el derecho fundamental a la vida.
Durante este siglo, el país ha experimentado un deterioro constante en este tipo de violencia, que contabiliza en el 2024 cifras inéditas, con la tasa de homicidios más alta jamás registrada. En cuanto a los femicidios, la situación es igualmente preocupante: al 13 de noviembre de 2024, se enumeran 70 muertes violentas de mujeres, de las cuales 21 han sido confirmadas como femicidios, mientras 41 casos permanecen en análisis para determinar su clasificación. Los femicidios en contexto de pareja pasaron de 11 en 2022 a 20 en 2024 (al 13 de noviembre 2024). Esto significa un aumento del 82% en dos años.
Estos datos evidencian una realidad que demanda respuestas urgentes y contundente que llevan a preguntarnos: ¿estamos, como universidad, haciendo todo lo necesario para enfrentar este desafío?
La Universidad Nacional (UNA) es una institución pública comprometida con el cumplimiento de diversos mecanismos internacionales para la protección de los derechos de las mujeres en nuestro país. Asimismo, contribuye activamente a los informes país en esta materia, reflejando su compromiso con la equidad y la justicia social. La UNA cuenta con dos políticas institucionales clave: la Política contra el Hostigamiento Sexual y la Política para la Igualdad y Equidad en la UNA, herramientas que orientan su quehacer hacia la promoción de entornos seguros, inclusivos y respetuosos.
La UNA cuenta además con el Instituto de Estudios de la Mujer (IEM), una instancia académica y de investigación que se dedica a promover la igualdad de género. Genera conocimiento, forma profesionales sensibles a las desigualdades y promueve políticas públicas que protejan a las mujeres. Además, lidera investigaciones, programas de formación y alianzas estratégicas para prevenir la violencia de género.
La institución cuenta con políticas y esfuerzos importantes, pero ante la realidad que estamos viviendo es nuestro deber cuestionarnos si estas herramientas son suficientes y si la forma en que se implementan es la necesaria.
Como comunidad universitaria, tenemos el deber de revisar nuestras estructuras y prácticas internas. Reconocer que la universidad no es un espacio aislado ni exento de los prejuicios y dinámicas sociales que afectan a la sociedad en su conjunto y esta, debe ser una tarea cotidiana.
Como comunidad integrada por personas que también forman parte de ese tejido social, la universidad tiene la responsabilidad de contribuir activamente al progreso de los valores y principios que promueven la igualdad y la justicia. Para cumplir con esta misión, es necesario que todas sus áreas y actores cuenten con la formación adecuada en perspectiva de género y un compromiso efectivo con la transformación social.
La responsabilidad de las universidades es que asuman un rol transformador en la prevención de las violencias contra las mujeres para formar personas profesionales comprometidas con la igualdad de género, los derechos humanos y la justicia social. Esto implica no solo integrar la perspectiva de género en sus currículos y prácticas pedagógicas, sino también garantizar un entorno libre de discriminación y violencia. Al formar personas profesionales conscientes y críticas, las universidades contribuyen a construir sociedades más equitativas y a prevenir la perpetuación de las desigualdades y violencias que afectan de manera desproporcionada a las mujeres.
Esto incluye a quienes toman decisiones, diseñan políticas y las implementan, ya que incluso las medidas aparentemente neutrales pueden tener consecuencias discriminatorias. También es importante que el personal docente e investigador incorpore esta perspectiva en su labor, ayudando a impulsar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres y a erradicar las violencias de género. Para llevar a cabo estas tareas con eficacia, las universidades deben contar con los recursos necesarios y con un enfoque institucional que promueva de manera activa estas transformaciones y que se consoliden como agentes de cambio en la sociedad.
Desde el IEM reconocemos que las instituciones educativas, especialmente las universidades públicas, tienen un rol clave en la erradicación de la violencia de género. La transversalización de la perspectiva de género en todas las áreas del quehacer universitario es esencial para transformar las prácticas sociales, culturales e institucionales que perpetúan la desigualdad. Las universidades deben liderar con el ejemplo, ofreciendo espacios seguros para las mujeres, promoviendo investigaciones que visibilicen la problemática y generando estrategias educativas que fomenten una cultura de respeto y equidad.
El IEM llama a la institucionalidad costarricense, incluyendo gobiernos locales, comunidades y sectores educativos, a redoblar esfuerzos en la prevención de la violencia y en la promoción de una cultura de paz. Es urgente desnaturalizar las múltiples formas de violencia que afectan a las mujeres y niñas en nuestro país, y reconocer el maltrato, y el femicidio como graves violaciones de los derechos humanos que atentan contra la democracia, el desarrollo y la justicia social.
Este 25 de noviembre desde el IEM hacemos un llamado: la transversalización de la perspectiva de género debe ser una prioridad para erradicar la violencia estructural que afecta de forma desproporcionada a mujeres y niñas.
¡Por una Costa Rica libre de violencia contra las mujeres!
*Este criterio fue elaborado por el Instituto de Estudios de la Mujer, Universidad Nacional de Costa Rica con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.