El pasado 16 de octubre, el Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA) rindió homenaje a dos mujeres que han dejado una profunda huella en el desarrollo académico y la investigación en la UNA: Sandra Ovares Barquero e Ileana Castillo Cedeño. Durante una emotiva ceremonia se develaron las fotografías de estas dos exdecanas.
La señora Sandra Ovares Barquero, cuya trayectoria se remonta a 1985, expresó su emoción por este reconocimiento. "Para mí, dejar hoy esa huella de nuestra fotografía en la sala de decanos del CIDE significa la trayectoria que he recorrido en la Universidad desde 1985 hasta el año pasado, cuando me pensioné. Trabajé incansablemente durante 44 años en la Universidad, y en gran parte de ese tiempo, tuve el honor de administrar las carreras y llevar la educación a diversas regiones del país. También participé en la realización de tesis que recopilaron conocimientos valiosos. Estos conocimientos, si no se hubieran plasmado en forma de tesis, podrían haber quedado en el olvido. Tenemos conocimientos ancestrales indígenas, sabiduría de las costas y fronteras, y una riqueza de información de investigaciones realizadas por estudiantes en todo el país".
Por su parte, la académica y exdecana Ileana Castillo Cedeño compartió sus emociones. "Este momento está lleno de emociones, donde afloran muchos sentimientos que convergen entre situaciones vividas de gran felicidad y momentos no tan alegres, porque así es la vida. Pero, sobre todo, siento un profundo agradecimiento por la oportunidad de volver a compartir con las personas que creyeron en mí hace prácticamente 10 años, cuando asumí el cargo de decana. Sé que muchas cosas ocurrieron durante ese período, especialmente porque también ocupé el puesto de vicedecana. Hoy es un día festivo, un día que une afectivamente la historia de la Universidad, de la cual me siento profundamente orgullosa".
Al rendir homenaje a estas dos mujeres notables, las autoridades del Cide expresaron que su legado perdurará en la institución y en la educación costarricense, pues sus contribuciones han enriquecido la comunidad académica y la investigación, y su dedicación dejan una marca indeleble en la institución.
La distinción es, también, un recordatorio de la importancia de reconocer y celebrar a quienes han dedicado sus vidas al avance del conocimiento y la educación de la Universidad.
Cide rinde homenaje a dos mujeres que han dejado una gran huella en la Universidad Nacional
