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Criterios


Áreas Silvestres Protegidas y su impacto en el desarrollo local sostenible de Costa Rica

*Fiorella Salas Pinel

En Costa Rica, un 25% del territorio se encuentra bajo alguna categoría de conservación. El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) integra once espacios distribuidos en todo su territorio, tomando en cuenta tanto lo terrestre como lo marino. 

A saber, se cuenta con 11 áreas de conservación: Arenal Huetar Norte (ACAHN), Arenal Tempisque (ACAT), Central (ACC), Guanacaste (ACG), La Amistad Caribe (ACLAC), La Amistad Pacífico (ACLAP), Marina Coco (ACMC), Osa (ACOSA), Pacífico Central (ACOPAC), Tempisque (ACT) y Tortuguero (ACTo). 

En estos espacios se ubican las Áreas Silvestres Protegidas (ASP), que se definen como un “espacio geográfico definido, declarado oficialmente y designado con una categoría de manejo en virtud de su importancia natural, cultural y/o socioeconómica, para cumplir con determinados objetivos de conservación y de gestión”. (DE-34433, Reglamento Ley Biodiversidad, No. 7788, Art.3, inc. a) 

En estas, el SINAC posee diversas competencias, que incluyen: el diseño, actualización, seguimiento, evaluación y sistematización de políticas, planes, programas, proyectos, procedimientos, manuales, de aplicación nacional para su implementación en las ASP terrestres y marinas bajo su administración en el ámbito nacional. Esta estructura de gobernanza también incluye estructuras de participación ciudadana como los Consejos Regionales (CORAC) y los Consejos Locales ligados a las ASP.

En cumplimiento de la normativa vigente, la existencia de las ASP hace posible la continuidad de diversas actividades productivas, tales como el turismo. De acuerdo con el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), un total de 2.751.134 llegadas internacionales se reportaron durante el 2023, procedentes en su mayoría de los países de América del Norte (66% del total). Un 73% de estas personas manifestaron que el motivo principal de su visita a nuestro país fue vacacionar t realizar actividades de recreo y ocio. 

Dado nuestro posicionamiento internacional como destino verde, el ecoturismo surge como el segundo grupo de actividades realizadas por las personas turistas que nos visitaron durante el periodo 2017-2019. 

Esto incluye la visita a los volcanes, observación de flora y  fauna (aves, delfines y ballenas, por ejemplo) y actividades en puentes colgantes, buceo, teleférico, snorkel, espeleología, cavernas y cabalgatas, paseos a caballo, entre otros. 

De esta manera, los ecosistemas y servicios ambientales ofrecen el soporte natural tanto para la vida como para las actividades productivas que sustentan las dinámicas locales, que más allá del consumismo y la producción, nos invita al disfrute, la recreación, la relajación y la espiritualidad ligada a la naturaleza. 

Durante el 2023, las ASP reportaron una visitación de 2.728.582 personas, donde cerca del 59% fueron no residentes y el 41% restante correspondió a residentes de Costa Rica. Esto constituye un importante motor para el desarrollo socioeconómico, incluyendo la generación de empleos directos e indirectos, ingresos familiares, y una mejora calidad de vida para muchas comunidades aledañas a los territorios bajo categoría de conservación. 

Es decir, el turismo sostenible nos ofrece valiosas oportunidades para cumplir con estas aspiraciones de un desarrollo integral, honrando la tradición de nuestro país como nación respetuosa de la biodiversidad, que hace posible nuestra vida y la de las futuras generaciones, vinculándose a la visión de desarrollo sostenible. 

Tomando en cuenta lo antes expuesto, las ASP son una opción para visitar, respetando tanto la normativa vigente como particularidades ligadas a su conservación. Entonces, es posible tomar acciones puntuales como el uso de botellas reutilizables, evitar los plásticos de un solo uso y aprovechar responsablemente las maravillas que nos brindan los ecosistemas naturales. Tal como dicen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): que nadie se quede atrás, ni las personas ni los ecosistemas naturales, base material de la existencia de nuestro planeta y de las actividades humanas y económicas.

*La autora es académica e investigadora del Programa Sectores Productivos, Competitividad y Desarrollo (SEPRODES) de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA).