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Contingencia y educación a la población

En el marco del enfoque multisectorial Una-Salud, que promueve la Organización Mundial de la Salud (OMS), se establece que la esencia del médico veterinario es la protección de la salud pública, concepto que a la vez aboga por el balance e interacción de la salud humana, animal y el ambiente. De ahí la importancia de este enfoque para concientizar sobre la prevención de hábitos que aumentan el riesgo de contraer enfermedades infecciosas como el covid-19.

Lohendy Muñoz Vargas, veterinaria y especialista en salud global y pública de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (EMV-UNA), explicó que durante la atención de dicha pandemia, el médico veterinario participa en diferentes ejes como el conocimiento del agente etiológico, la vigilancia epidemiológica, la investigación de tratamientos, el desarrollo de medidas de contingencia y la educación a la población.

Muñoz agregó que el 60% de las enfermedades infecciosas a nivel mundial, y el 70% de enfermedades infecciosas emergentes son de tipo zoonótico. “Quiere decir que son agentes infecciosos que habitan en animales y se transmiten al hombre causando enfermedad y en muchos casos brotes de importancia. La alteración de los ecosistemas por parte del ser humano ha causado variaciones en la ecología de los microrganismos y vida silvestre, favoreciendo mayor proximidad entre especies y por consecuente la emergencia de enfermedades no reportadas anteriormente, como el sars (síndrome respiratorio agudo grave), el virus del Nipah, y el actual causante de la pandemia, el covid-19”, comentó Muñoz.

Constante comunicación

La investigadora de la UNA agregó que en Costa Rica se cuenta con veterinarios en áreas fundamentales como epidemiología, virología, salud pública, bioinformática, entre otros, los cuales se mantienen en constante comunicación con el Ministerio de Salud. “Desde cada una de nuestras especialidades hemos colaborado con los jerarcas para afrontar la enfermedad, participando activamente en medidas de contingencia, bioseguridad, prevención y control”, enfatizó Muñoz.

Subrayó que desde las universidades se cuenta con tecnología para el diagnóstico, vigilancia y estudio del patógeno. Por ejemplo, con diagnóstico de casos, vigilancia activa y pasiva, y uso de herramientas de última “Con el cambio climático el promedio de temperatura del agua aumenta y favorece la evaporación, con eso tenemos menor disponibilidad de este recurso, las especies también se ven afectadas, pues muchas no son tolerantes a este cambio de temperatura. La laguna Estrella, ubicada en el Caribe Sur tecnología como la secuenciación del genoma completo, la cual permite entender las vías de transmisión y genes de virulencia claves en la propagación de agentes como el coronavirus.

La investigadora valora la posibilidad de que este virus llegue para quedarse por mucho tiempo más, por lo que se debe

hacer un cambio en la forma de vida. “Esto no sólo repercutirá en protegernos del coronavirus, sino también de otros agentes que utilizan la misma forma de transmisión, como el virus de la influenza”