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Archivo de la noticia: Agosto 2012


Anarquista y maestro, pero ante todo humanista

 

Siempre fiel a sus principios, anarquista, maestro y humanista, el académico Rogelio Cedeño culmina con su jubilación una ardua labor por la UNA, institución que lo hizo crecer como ser humano y profesional, en medio de un camino marcado por mieles y algunos sinsabores.


 

Recién venido de Chile junto a su esposa e hija tras el golpe militar, es testigo del nacimiento de la Universidad Nacional (UNA) junto al presbítero Benjamín Núñez. Tres años más tarde, en 1976, inicia sus labores en la Facultad de Ciencias Sociales como docente. Rogelio Cedeño Castro culmina hoy su ardua labor por la institución que lo hizo crecer como ser humano y profesional. Un camino duro marcado de mieles y algunos sinsabores; pero siempre fiel a sus principios: anarquista, maestro y humanista.

La mayor parte de su vida se dedicó a la docencia e investigación, en donde abordó diversos temas académicos, así como participar intensamente en debates sobre la vida universitaria y sobre los dramas de la nación en que vivimos. Cedeño mencionó sentirse orgulloso de haber sido parte de la generación del Baby Boom, cosecha de almas jóvenes y generosas que luchaba por una humanidad mejor.

A lo largo de estos 36 años de compromiso con la UNA, los momentos más gratos en la vida de Rogelio Cedeño son las expresiones de solidaridad de sus compañeros. Recuerda particularmente cuando estuvo a punto de perder la vista, en 1995, y gracias a una colecta tuvo el dinero suficiente para viajar a Bogotá y operarse en la Clínica Barraquer.

También, hace algunos años, con la muerte de mi madre y de mi primera esposa, sentí mucho la cercanía de mis compañeros de escuela, en lo personal, Henry Mora, y de Olman Segura y Sandra León, entre otros”, destacó.
Agregó que esas crisis son como acabos de mundo que obligan a la persona a rehacerse. “He tenido que reconstruir mi vida en varios periodos y seguir hacia adelante. Esas son las cosas que me parecen más gratas, la parte humana. Quizá por mi anarquismo, nosotros los libertarios hablamos del ser humano de carne y hueso, nos interesa la solidaridad, qué pasa con el compañero”.

En un artículo publicado por el académico Alvaro Madrigal, se describe a don Rogelio como anarco, trosco, marxista, de izquierda… Un humanista. Al respecto Cedeño indicó que es muy atinente la apreciación de Madrigal en el sentido de que lo más importante para el humanista es el ser humano, no las instituciones. “Por eso yo asumo la expresión de los anarquistas de Catalunya de antes de la guerra civil: Paz a los hombres y guerra a las instituciones”, aseveró Cedeño.

Este gran catedrático y maestro, admira las obras de Max Weber, Carlos Marx, Emilio Durkheim, William Faulkner, León Trotski, Sergio Ramírez, Mario Vargas Llosa, Francis Scott Key Fitzgerald y Fabián Dobles, entre otros grandes pensadores.