Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility

Archivo de la noticia: Enero 2009


UNA responde ante el desastre

Con el trabajo del OVSICORI que brinda información científica a la Comisión Nacional de Emergencias para tomar decisiones efectivas, y acciones humanitarias en la sede en Sarapiquí y Heredia, la UNA responde ante el desastre provocado por el terremoto del 8 de enero.

 


 

El monitoreo continuo que especialistas del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI-UNA) realizan de la actividad sísmica luego del terremoto de magnitud 6.2 grados en la escala de Ritcher que sacudió al país a la 1:21 p.m. el pasado 8 de enero, ha constituido la base científica para la toma de decisiones de parte de las autoridades nacionales y especialmente la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), ante la destrucción que afecta principalmente a los cantones alajuelenses de Grecia, Poás, Alfaro Ruiz, Valverde Vega y los heredianos de Barva, Santa Bárbara y Sarapiquí.

 

El sismo, cuyo epicentro se localizó 10 km al este del volcán Poás, a una profundidad de 6 km, ya había provocado alrededor de 1500 réplicas hasta las 10 a.m. del día siguiente y una devastación, parte de la cual fue reportada en un informe preliminar de campo del OVSICORI-UNA, el 9 de enero, que daba cuenta del impacto de las ondas sísmicas en la corteza y efectos socio-económicos y ambientales observados. “Las viviendas en el centro-epicentral quedaron en su mayoría aplastadas por el impacto de las ondas sísmicas. Los agrietamientos a ambos lados del Río Sarapiquí sostienen el rumbo sur-norte afectando gravemente los terrenos de cultivo, potrero y selva”, señalaba este primer informe del OVSICORI, que calificaba como “mayúsculas” las consecuencias del terremoto.

 

Ante la destrucción, muerte y dolor de las familias de la zona, la UNA actúa desde distintos flancos. Las instalaciones del campus Sarapiquí se ofrecieron como centro de acopio de alimentos, ropa y demás implementos necesarios para las familias afectadas, funcionan como bodega de materiales y sitio de reuniones de coordinación, y el vehículo del Campus se usa constantemente para trasladar víveres y materiales en la zona. Además, el OVSICORI instaló en este campus una nueva estación sísmica o sensor.

 

La Vicerrectoría de Vida Estudiantil también apoya con el trabajo de dos psicólogos en el albergue para evacuados que la Municipalidad de Heredia y la CNE instalaron en el gimnasio del Colegio Claretiano. Por su parte, desde el lunes 12 de enero, jóvenes de la Federación de Estudiantes (FEUNA) participan en la recolección de ropa y comida para los damnificados, junto con la Municipalidad de Heredia. Asimismo, funcionarios de la Dirección de Extensión y de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil coordinan acciones para crear brigadas de apoyo en las diferentes áreas que se requieran en la zona del terremoto, a partir del momento en que inicien las lecciones. Mientras tanto, la Oficina de Planeamiento Espacial ha evaluado el impacto del terremoto en los diferentes campus de la UNA y hasta el momento se han clausurado algunas áreas, especialmente aulas y laboratorios, para protección de vidas humanas.

 

Las vicerrectorías de Desarrollo y Académica están coordinando estrechamente con el apoyo adicional de la Proveeduría Institucional y otras instancias universitarias con el fin de arreglar las instalaciones y recibir a los estudiantes en el nuevo año lectivo. Paralelamente, funcionarios de las escuelas de Ciencias Ambientales y de Ciencias Geográficas que en conjunto con OVSICORI-UNA han iniciado un trabajo importante de análisis del impacto económico-ecológico del desastre natural. Por su parte, el rector de la UNA, Olman Segura, instó a los universitarios a contribuir para generar opciones de reactivación social, económica y ambiental de la zona de impacto en el menor tiempo posible, para lo cual convocó a una reunión para el viernes 6 de febrero a las 8.30 a.m. en el auditorio Clorito Picado.