Desde el 9 de enero, 27 estudiantes de último año de Medicina Veterinaria de la UNA se desplazaron a la zona del desastre para brindar atención médica y alimenticia a cerca de 3000 animales afectados por el terremoto de Cinchona.
Cerca de 3000 animales afectados por el terremoto ocurrido el pasado 8 de enero, entre ellos especies menores, mayores y silvestres, han sido atendidos por un grupo de 27 estudiantes de último año de la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (UNA), quienes se desplazaron a la zona del desastre desde el día siguiente de ocurrido el gran sismo.
Silvia Fernández, veterinaria de la UNA y coordinadora del equipo humano que se mantuvo en la región del desastre, comentó que esta labor se realizó de la mano de la Asociación Mundial para la Protección Animal (WSPA).
Desde el primer semestre del 2008, los 27 estudiantes recibieron el curso de “Manejo de animales en situaciones de desastre”, gracias al convenio entre la Escuela de Medicina Veterinaria y la WSPA, que dio origen al grupo de Unidades Veterinarias de Respuesta ante Emergencias (VERU).
Una de las primeras tareas al llegar a la zona fue realizar un monitoreo finca por finca, tanto de animales mayores como de menores. Posteriormente, se instaló una clínica móvil en Vara Blanca y un refugio temporal para la atención de mascotas. Los animales ambulantes se recogían, se valoraban y si estaban sanos pasaban al refugio, sino de inmediato a la clínica móvil para atender golpes, fracturas y otras lesiones de consideración sufridas durante el terremoto.
Fernández explicó que la idea de llevar las mascotas a un albergue temporal se dio con el propósito de que los dueños pudieran identificar a sus animales. Al 22 de enero el 90% de ellos está de vuelta con sus amos, únicamente quedan por identificar 16 mascotas, 13 perros y 3 gatos. “Con ellos haremos un banner de fotos para ser colocado cerca de las poblaciones afectadas”, informó la especialista. Asimismo, estas mascotas se trasladarán a “casas cuna”, es decir, a casas de gente que aceptó cuidarlos por 15 días hasta que aparezca su dueño.
Para Fernández, lo más difícil fue coordinar con los grupos de personas, quienes a pesar de su espíritu colaborativo no cuentan con la preparación requerida para brindar la atención médica. Sin embargo, señaló que estos 27 jóvenes forman parte de una camada de veterinarios especializados en la atención de animales durante emergencias y desastres con los que contará el país.
Para este 2009 se espera que más de 30 estudiantes de último año de Medicina Veterinaria se capaciten en el manejo de animales en situaciones de desastre y así fortalezcan el grupo VERU.
