*Fernando Montero Cordero
Los ecosistemas de emprendimiento en Costa Rica enfrentan múltiples desafíos que limitan su contribución efectiva al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030. A pesar de que existen más de 400 mil microempresas en el país, según un informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de 2024, el comportamiento creciente de este sector empresarial obedece en gran medida a la informalidad laboral.
Desde hace cuatro años el proyecto Territorialización del Desarrollo, promovido por la Escuela de Administración (EDA), de la Universidad Nacional (UNA), ha realizado un análisis de los principales factores endógenos y exógenos que afectan el desarrollo de emprendimientos locales, desde la precepción, la capacidad del ecosistema de emprendimiento y la autoevaluación del emprendedor; todo esto, mediante la creación de un modelo de indicadores.
En el mes de julio fue seleccionada una muestra a conveniencia de 120 empresarios/ emprendedores del territorio nacional, a la cual estudiantes de la EDA (macroeconomía tercer nivel) aplicaron tres instrumentos canalizados mediante un formulario en línea, previa capacitación por parte del grupo investigador. Los resultados de las 68 variables consultadas fueron sistematizados en las siguientes dimensiones:
En la dimensión demográfica se permitió caracterizar a las personas propietarias de las empresas/emprendimientos, no solo desde las particularidades del negocio, sino también de la persona que lo dirige. En términos de género participaron 50.4% hombres y 47.9% mujeres, los rangos de edad de mayor participación fueron de 18-25 años con un 23.6% y de 26-35 años con un 20.4%; es decir, mayoritariamente jóvenes y adultos.
En términos de formación educativa, más del 30% tienen educación universitaria completa, un 24% secundaria completa y un 22% universitaria incompleta. En esta misma línea, los resultados muestran que las empresas/emprendimientos informales están dirigidas principalmente por personas con educación superior incompleta y secundaria completa. En contraposición, las empresas/emprendimientos formales están dirigidas principalmente por personas con educación universitaria completa.
Las principales causas del origen de las empresas/emprendimientos son: la oportunidad de negocio, necesidad de empleo y complemento de empleo, entre otras, tal y como se aprecia en la Figura No 1.
Figura No. 1. Motivo de origen de la empresa

Por último, la cantidad de mujeres que trabajan en las empresas/emprendimientos representan en su mayoría solo un 25% del personal y apenas un 17% del total de empresas/ emprendimientos que contratan tienen más del 75% de personal femenino.
Desde la dimensión demográfica se identificó en los resultados algunas características de cómo se autoperciben las personas en su capacidad empresarial. Incluye factores como manejo administrativo, financiero, de personal, habilidades técnicas y blandas.
De esta manera se identificó que más del 24% de las personas empresarias no tienen el conocimiento para formular y gestionar un presupuesto; además, un 30% de los consultados manifiestan no tener registro de los movimientos financieros de la empresa. La mitad de las personas no tienen indicadores de evaluación de los procesos de producción y servicios, y solo existe una persona que conoce completamente los procesos de producción.
En la dimensión de la percepción del ecosistema, la información suministrada permite comprender cómo perciben las personas empresas/emprendimientos el entorno en que se desarrolla su negocio.
El 44.7% de los micro y pequeños empresarios consideran que las políticas gubernamentales no promueven ni apoyan el emprendimiento en los territorios, mientras que el 67.5% considera que los gobiernos locales y estatal perjudican el emprendimiento a través de los impuestos y la burocracia.
Figura No. 2. Políticas gubernamentales y al apoyo a las pymes.

En la gráfica anterior, el color azul representa el nivel 1 de menor apoyo que dicen recibir las pymes. Así, de manera ascendente, los restantes niveles evidencian algún grado de apoyo por parte de la institucionalidad estatal.
En esa misma línea el 39,8% indican que la falta de recursos son el principal factor que desmotiva la generación y continuidad de las empresas/emprendimientos, mientras que el 26% considera que las barreras que pone el gobierno son la principal razón de su salida del mercado.
Por último, el elemento del poder (desde el punto de vista de capacidad instalada y capital) que ejercen las grandes empresas en los territorios, afecta severamente el desarrollo y continuidad de los emprendimientos, según lo indica el 38.2% de la población en estudio.
La población es relativamente joven con educación media y superior, y en su mayoría emprenden dentro de la formalidad. Para ellos, la empresa es una oportunidad de negocio, pero las mujeres tienen desventaja en las oportunidades de contratación.
Hay evidencia de que existe capacidad para formular presupuestos, costos y gestión empresarial, pero con grandes retos en cuanto al registro y control de información contable financiera.
A pesar de que hay procesos claros en las organizaciones y se conoce el bien o servicio, la concentración del “negocio” se centra en una sola persona, elemento que nos hace pensar que la estrategia de relevo generación no es un tema de agenda en la empresarialidad costarricense.
Para estos grupos empresas/emprendimientos es difícil el acceso a financiamiento principalmente por la falta de información, informalidad y escasos recursos dirigidos a este sector. El gobierno nacional y local no logran canalizar políticas efectivas que apoyen a la persona emprendedora para “captar” parte del mercado donde las grandes empresas ejercer el poder.
Desde nuestra óptica, existen algunas recomendaciones que podrían subsanar los hallazgos encontrados en esta pesquisa:
1) Mejorar estratégicamente los fondos crediticios que puedan ser colocados a tasas preferenciales o subvenciones para emprendimientos de carácter social, ambiental y de innovación, de tal forma que se facilite el acceso al capital necesario
2) Crear un plan nacional de capacitaciones en las diferentes áreas sensibles, principalmente en sostenibilidad, innovación tecnológica, gestión financiera, que brinde a la mujer mayores y mejores oportunidades.
3) Generar alianzas específicas en las regiones de menor presencia de emprendimientos, que motiven la equidad en todos los territorios.
4) Impulsar el trabajo conjunto de los actores, Estado, emprendedor e institucionalidad, que permitan alcanzar los ODS.
*El autor es académico e investigador de la Escuela de Administración de la Universidad Nacional (UNA).