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Archivo de la noticia: Enero 2018


Apasionado de la academia

 

Una maestría, un doctorado, director de la Escuela de Ciencias Geográficas y vicerrector de Investigación forman parte del curriculum del académico Carlos Morera, pero su desvelo –asegura- siempre será la academia como un proceso integral de investigar, enseñar y hacer extensión.  

 


 

Carlos Morera nació en la Zona Sur y salió de su terruño para estudiar en la Universidad Nacional, donde acogieron a aquel joven con un gran interés en los mapas y la geografía desde la escuela. En 1993 ya era parte del grupo académico de la Escuela de Ciencias Geográficas y desde entonces, la pasión por su trabajo le ha generado grandes satisfacciones.

 

Una maestría, un doctorado, director de la Escuela y Vicerrector de Investigación, forman parte de su carrera, pero su desvelo –asegura- siempre será la academia como un proceso integral de investigar, enseñar y hacer extensión.  

 

“Yo no concibo los puestos de gestión sin la academia, dejar de dar clases, de investigar y de estar en contacto con las comunidades es perder la conexión a tierra. ¿Qué me falta? Nada, pedir más sería gula, yo sigo trabajando porque como decía Poveda, que nos paguen por hacer lo que nos apasiona no es trabajo”.

 

Morera asegura que es de una generación que reconoce  cómo ha cambiado aceleradamente el mundo. “Soy de los que aprendió a escribir a máquina, de cuando los profesores fumaban en las clases, eran comunes los piropos. Soy una generación que ha tenido que adaptarse a los nuevos escenarios, y por eso puedo afirmar con certeza que esta Universidad ha avanzado a pasos agigantados. La inclusión, la tolerancia, la diversidad, el compromiso con el ambiente,  han permeado la cotidianidad de la Universidad y yo la celebro, aunque siempre existirán nuevos desafíos, pero comparado a cuando estudiaba se presentan grandes cambios positivos”.

 

 “Yo no soy de los que piensan que los tiempos de antes fueron mejores. Yo veo un gran potencial en los estudiantes,  y no soy de esos profesores juiciosos, soy de los que percibo el proceso de enseñanza más allá de las aulas, cada estudiante para mí es un mundo que tengo que conocer para poder incidir, eso para mí es enseñar en estos tiempos donde el conocimiento abunda pero los valores son escasos”.

 

Las giras para este académico, son parte crucial de la experiencia de vida con sus estudiantes. “Hace poco fuimos al Parque Nacional Corcovado y llovió tanto que tuvimos que dormir en el bosque, no pudimos cruzar el último río después de caminar seis horas. Los estudiantes afirmaban que fue una gran experiencia, que querían repetirla, porque esa es la vida: sobrevivir ante la inclemencia, la mezquindad, la mala energía, a la marginalidad o la exclusión y ser capaz de levantarse, esa siempre será una lección de vida que me enseñó mi madre ”.

 

Artista 

 

De su papá Morera heredó la facilidad para contar historias, y parte de ellas han quedado plasmadas en sus dos poemarios, una novela publicada y otra a punto de salir. “No es solo escribir, cualquiera lo hace. Es además defender a través de las letras lo que uno profesa, más aún en una sociedad con tanto falso discurso, con tantos pastores más perdidos que el rebaño.

 

 

El único reclamo en la vida de Morera es el tiempo. “Y quisiera poder leer más, dialogar más y escribir más”.