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Archivo de la noticia: Julio 2012


Abejas podrían desaparecer por uso de insecticida

 

La aplicación de un insecticida del grupo de los Neonicotinoides, originado para el combate de las plagas, ha generado el síndrome del despoblamiento de la colmena con efectos nocivos en poblaciones de abejas en países como Francia y Estados Unidos.


 

Las abejas son los insectos encargados de polinizar muchos cultivos como la sandía, melón y maíz; sin embargo la aplicación de un insecticida del grupo de los Neonicotinoides, originado para el combate de las plagas ha generado el síndrome del despoblamiento de la colmena con efectos nocivos en países como Francia y Estados Unidos.

Johan Van Veen, investigador del Centro de Investigaciones Apícolas Tropicales de la Universidad Nacional (CINAT-UNA) comentó que dicho plaguicida actúa sobre el sistema nervioso de los insectos alterando su comportamiento, de forma tal que no se pueden reproducir, se alejan de la colmena y mueren a los pocos días.

El experto comentó que este síndrome se presentó en Francia en 1994 cuando los apicultores notaron que después de dos semanas de aplicar el insecticida en los cultivos por polinizar, las abejas en su mayoría abandonaron la colmena, quedando la reina sola con unas cuantas abejas y los panales en buen estado. A la vez que las hormigas no ingresaron a la colmena, contrario a otras situaciones cuando las abejas hacen abandono.

Dicha situación causó alarma entre los apicultores franceses, ya que la actividad apícola en Francia para la polinización de cultivos comerciales es muy importante y se estima que en esos años de un lote de 100 mil colmenas, alrededor del 50% se vieron afectadas con cuantiosas pérdidas económicas en el sector apícola.

Fue hasta 1999 cuando el Ministerio de Agricultura francés determinó que el Imidacloprid, principal componente químico del producto era altamente tóxico y que un breve contacto con plantas tratadas con ese insecticida resultaba mortal para las abejas y otros insectos benignos.

Van Veen indicó que a pesar de su prohibición en Francia algunos insecticidas con Neonicotinoides se aplicaron a inicios del 2000 en varios estados de Norteamérica generando cuantiosas pérdidas a los apicultores, contrario a otros estados donde el producto no se utilizó.

Recientemente, un estudio publicado en la revista Science demostró que el aplicar este tipo de pesticidas en la alimentación de las abejas en dosis muy bajas provoca que los insectos abandonen la colmena.

Van Veen explicó que en el caso de Costa Rica aún es prematuro referirse al despoblamiento de la colmena, ya que se depende en gran medida de la floración silvestre y no de la polinización de cultivos. Además, que al apicultor nacional se le exige tener sus apiarios lejos de centros de población y donde exista la presencia de algún tipo de plagas.

El investigador considera que para evitar la desaparición de las abejas lo más conveniente sería combatir las plagas con productos amigables con el ambiente o bien mediante el uso de otros insectos, como por ejemplo en Holanda que las plagas en los cultivos de tomate son controladas por medio de avispas.

El biólogo recomienda estimular la producción orgánica como una opción para evitar el despoblamiento de la colmena en sustitución de productos químicos.