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Archivo de la noticia: Noviembre 2009


Calidad y tradición como valor agregado

 

Los sellos de calidad  relacionada con el origen  y las tradiciones representan  un potencial para agregar valor a los productos y para preservar y promover el territorio y su patrimonio, como se confirmó en seminario sobre el tema, organizado con la participación de la Escuela de Ciencias Agrarias de la UNA.

 


 

En un galerón de madera, ladrillo y cedazo, la gran cocina de barro protege una tradición que sigue resguardada entre las brasas y las manos de decenas de escultores que ven en la creación de la cerámica su medio de subsistencia. Esta artesanía chorotega podría convertirse en una de las primeras denominaciones de origen costarricense.

Los países latinoamericanos poseen numerosos productos tradicionales con fuerte identidad territorial. Algunos de ellos han logrado certificar productos con sellos de calidad, como las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas, otros están en el proceso para lograr ese reconocimiento y algunos no han logrado introducir estos conceptos por diversas razones, sin embargo, los sellos de calidad  relacionada con el origen  y las tradiciones representan  un potencial para agregar valor a los productos y para preservar y promover el territorio y su patrimonio.

Durante el 29 de setiembre y 1º de octubre se realizó el II Seminario Latinoamericano Calidad vinculada al origen y las tradiciones: implementación de sellos de calidad para dinamizar el desarrollo rural, organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Consejo Nacional de Producción (CNP), el Registro Nacional, el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX), la Unidad Regional de Asistencia Técnica (RUTA) y la Universidad Nacional (UNA).

La actividad se desarrolló con el objetivo de crear un espacio para el intercambio  de experiencias que contribuyan al fortalecimiento de la institucionalidad y las políticas públicas, que promuevan, protejan y valoricen la calidad de los productos agroalimentarios y artesanales vinculados al origen y las tradiciones.

Para Alan Bojanic, representante de la FAO en Costa Rica, “los productos de calidad vinculada al origen son interesantes en lo que respecta a seguridad alimentaria por su potencial contribución al desarrollo rural, la conservación de la diversidad de los alimentos y el aumento de la oferta de una gama más amplia de productos a los consumidores”.

Agregó además que “las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas se constituyen en elementos dinamizadores y diferenciadores en el panorama agroalimentario y artesanal, que contribuyen al prestigio y aprecio de los productos agroalimentarios, tanto nacional como internacionalmente”.

En Costa Rica los procesos de certificación de productos según su denominación de origen han ocupado la atención del sector agropecuario durante los últimos años.

Un ejemplo es el Queso Turrialba, el cual motivó el inicio de un proceso de estudio, liderado por la UNA, cuyo fin es valorar la viabilidad de obtener una denominación de origen para este producto, cuya historia data de la época colonial.

“Los indicadores cumplen un rol especial en la formación de las actitudes que determina el comportamiento de los consumidores. Hoy se sabe que el origen o zona de procedencia es utilizado por el consumidor como base para inferir asociaciones relativas  a la calidad del producto”, indicó Carlos Villalobos, viceministro de Agricultura.