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Archivo de la noticia: Octubre 2008


Ampliación de carreteras amenaza vida silvestre

 

 

  • La construcción de carreteras es sinónimo de desarrollo social y económico para el país; sin embargo, pocas veces se piensa en el precio que paga la fauna silvestre. Para analizar este tema, el ICOMVIS organizó el taller “Impactos de la infraestructura sobre la vida silvestre del Área de Conservación Guanacaste”.

 

Tendido eléctrico, parques eólicos, canales de riego y carreteras, son necesarias para el desarrollo social y económico del país, sin embargo, el precio que la naturaleza paga por ellos es muy alto. Ranas, serpientes, monos y aves, son víctimas diarias de atropellos en carretera. ¿Será posible el desarrollo de la mano con la conservación?


Del 17 al 20 de junio se realizó en nuestro país el taller Impactos de la Infraestructura sobre la vida silvestre del Área de Conservación Guanacaste (ACG), organizado por el Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre (ICOMVIS-UNA), el Área de Conservación Guanacaste y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación, en el que participaron los académicos Joel Sáez, director del ICOMVIS-UNA, Tom Langen de la Universidad de Clarkson en Nueva York, Anthon Clevenger del Western Transportation Institute de la Universidad de Montana y Salvador Peris de la Universidad de Salamanca, España.


Durante el 2007 dos millones de turistas visitaron Costa Rica, y de acuerdo con cifras del Instituto Costarricense de Turismo, uno de cada cuatro de ellos tiene como destino Guanacaste, y por ello, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Gobierno pretende ampliar la carretera Interamericana a cuatro carriles, lo que representaría un impacto importante en la biodiversidad del ACG.


“Una de las principales implicaciones cuando se modifica el ambiente, es la disminución de las poblaciones de fauna silvestre, esto altera los ecosistemas y fragmenta el hábitat y este aislamiento puede resultar en la pérdida de variación genética por el entrecruzamiento y aumentar el riesgo de extinción local”, comentó Sáenz.


El ICOMVIS-UNA junto a la Universidad de Clarkson, prepara un estudio sobre Patrones y factores involucrados en la mortalidad de la fauna silvestre por colisión de vehículos a lo largo de la carretera Interamericana que atraviesa el ACG.


De acuerdo con Sáenz en los primeros meses de estudio la cantidad de atropellos varió de acuerdo a la estación, el clima y la fase de la luna, incluyen 13 especies de mamíferos, entre ellos dos de la lista roja de amenaza: el manigordo y la zorra gris, 19 reptiles y ocho aves. Los puntos críticos están asociados con la vegetación alrededor y las variables del paisaje.


A lo largo de los 220 kilómetros de la ruta Interamericana, es muy necesaria la ampliación, en especial la sección entre Esparza y Liberia, sin embargo, los participantes del taller, consideraron que no era imprescindible dentro de los escasos 13 kilómetros que atraviesa el Parque Nacional Santa Rosa, entre las razones para este criterio se destacan:


-El tráfico que atraviesa la ruta Liberia- Peñas Blancas es relativamente pequeño en relación con otros sectores. Esta sección tiene buen asfaltado, no atraviesa comunidades y posee buena visibilidad, además, permite velocidades entre 80 y 110 kilómetros. Las ampliaciones de carretera se basan en necesidades de seguridad, volumen de tráfico y velocidad, aspectos que ya cumple este sector.


La ampliación tendría un costo mínimo de cuatro millones de dólares, este monto podría emplearse en la construcción de pasos subterráneos para anfibios, reptiles y ciertos mamíferos, o aéreos para monos.

 

El ACG recoge todos los paisajes naturales de Costa Rica y salvo desierto, de América Central. Santa Rosa es la única zona de preservación del bosque seco tropical, y restarle superficie con la ampliación es un aspecto imposible de mitigar.

De acuerdo con datos presentados por Salvador Peris de la Universidad de Salamanca, en la región de Castilla y León, los atropellos aumentaron con la ampliación de las carreteras, y con base a ello, se implementaron algunas medidas como la señalización vertical, aunque asegura es poco efectiva, el desbroce de la vegetación en los bordes de la carretera, una medida de bajo costo pero de considerable eficacia, aunque requiere mantenimiento anual, y el vallado total o parcial, que es la medida más eficaz, pero a la vez la más costosa, además debe ir acompañado de pasos de fauna adecuados.


Para los funcionarios del ACG la mejor forma de mitigar los efectos de una eventual ampliación de la carretera, sería la creación de un túnel verde y vivo de biodiversidad; sin embargo, los resultados del estudio que prepara el ICOMVIS-UNA serán fundamentales para determinar cuáles serán las medidas necesarias. “Los turistas, entre otros factores, buscan nuestro país por su flora y su fauna, en pos del desarrollo podemos estar afectando eso que nos hace diferentes ante el resto del mundo”, puntualizó Sáenz.