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Archivo de la noticia: Agosto 2008


Bailar el dolor

 

 

  • La Compañía de Cámara Danza UNA presenta “La última luna llena”, coreografía de Sandra Torijano sobre quienes ven partir antes a sus seres queridos.

 

Para Sandra Torijano, La última luna llena es una elegía. Es decir, un poema que se lamenta por la muerte de alguien querido, o sobre un acontecimiento que vale la pena llorar.

 

Para Sandra, la muerte de un muchacho de apenas 16 años. Para sus compañeras y compañeros en este nuevo espectáculo de la Compañía de Cámara Danza UNA, el recuerdo de amigos y amigas o familiares, quienes partieron sin dar oportunidad de una despedida.

 

La última luna llena, de Sandra Torijano, coreógrafa costarricense con dieciséis años de enseñar en Estados Unidos, es el último estreno de la Compañía de Cámara Danza UNA. Este se presentará los días jueves 14 y sábado 16 a las 8 p.m. y domingo 17 de agosto, a las 5 p.m. en el Teatro de la Danza, en el Centro Nacional de Cultura (CENAC).

 

Según explicó Torijano, La última luna llena parte del golpe que supone la muerte de una persona próxima y joven, para llegar al dolor que purifica, así como a la importancia del respeto y la solidaridad con quien sufre.

La coreógrafa destacó la investigación que hay detrás de la propuesta dancística. Especialmente en la parte musical, donde incorpora piezas en torno al invierno y el duelo de Antonio Vivaldi, Erik Satie, Franz Schubert (interpretado por el pianista costarricense Jacques Sagot) y Kronos Quarter.

 

Torijano adelantó que esta es una coreografía con muchos y delicados movimiento y música. Cada uno de los intérpretes realiza un solo, y en determinados pasajes se escuchan fragmentos del poeta alemán Rainer María Rilke (sus Elegías) y del mismo Sagot.

 

Participan las bailarinas y el bailarín integrantes de la Compañía de Cámara Danza UNA: Natalia Herra, Ana María Mendoza, Silvia Ortiz, Carol Salazar, Carolina Uzaga, Mario Vircha.

 

La escenografía es responsabilidad de los artistas plásticos Minor Cascante y Arianne Garnier. La iluminación de Telémaco Martínez. La misma Torijano fue la diseñadora de vestuario.

 

El precio de las entradas es de ¢1.500.