*Michael Muñoz Leiva
Los procesos de intervención y posteriormente, las declaraciones de inviabilidad de dos entidades financieras del país, como fue el caso de Coopeservidores y Desifyn, abren un escenario de reflexión y análisis de lecciones aprendidas de un 2024 convulso y de los aspectos que los clientes e inversionistas deben tomar en cuenta en este nuevo año.
Estos acontecimientos, exponen deficiencias importantes en la gestión administrativa y financiera de muchas entidades, en las estructuras de Gobierno Corporativo y en los órganos encargados de los procesos de fiscalización y control.
Este artículo no busca resonar lo ya conocido durante el año anterior. Mi propósito es evaluar y proponer acciones que podamos implementar como sociedad para minimizar la probabilidad de nuevos escándalos financieros y disminuir su impacto en caso de que vuelvan a darse situaciones similares (cada vez más frecuentes) que afectan a bancos, cooperativas y otras entidades que forman parte de este sector económico tan relevante para nuestro país.
Desde la perspectiva del demandante de servicios financieros, es decir, personas físicas y jurídicas que utilizan el sistema financiero, ya sea a título personal o en representación de una empresa, y que en muchos casos buscan opciones de ahorro e inversión alineadas con sus intereses, recomiendo:
- Ahorrar no es lo mismo que invertir. Al ahorrar, una persona reserva una parte de su dinero para utilizarlo en el corto o mediano plazo (como para vacaciones o emergencias), a través de instrumentos como cuentas de ahorro o depósitos a plazo. Estos tienen un riesgo muy bajo y, en consecuencia, ofrecen un rendimiento reducido que, en algunos casos, no llega a compensar la variación real de los precios.
Por el contrario, al realizar una inversión, el objetivo es aumentar el capital en el mediano o largo plazo utilizando instrumentos financieros como bonos, acciones, fondos de inversión o incluso criptomonedas. Estos suelen implicar un mayor nivel de riesgo, que en muchos casos puede ser compensado con un rendimiento superior. Sin embargo, el inversionista debe asumir dicho riesgo y tener presente que los mercados son fluctuantes, con períodos de crecimiento y otros de descenso, lo cual es una situación completamente normal.
- “No pongan todos los huevos en la misma canasta”. Este es un principio básico de finanzas que pocas veces se pone en práctica. Cuando invertimos recursos económicos debemos tener una estrategia adecuada de diversificación, en la cual tengamos inversiones en el corto y el largo plazo, en moneda local y extranjera, en títulos de renta fija pero también variable, de manera tal que el riesgo de crédito (riesgo asociado a la incapacidad de la entidad de cumplir con sus obligaciones hacia sus inversores) lo podamos mitigar en diferentes emisores o entidades.
- “No todo lo que brilla es oro”. Quien promete ganancias rápidas y fuera de la realidad o contexto económico actual no es confiable. Invertir y generar rentabilidades altas conlleva tiempo, y lo más importante: formación y conocimiento. No es necesario ser un experto financiero, pero sí resulta fundamental capacitarse en finanzas personales, inversiones y dinámicas de mercado, adquiriendo una comprensión básica de los mercados. Esto permite evaluar adecuadamente lo que estos ofrecen y tomar decisiones informadas, sustentadas en el propio conocimiento y criterio.
Por otra parte, sugiero para esos oferentes de servicios financieros y sus entidades fiscalizadoras, internas y externas a la organización lo siguiente:
- En el mundo financiero, la experiencia y el conocimiento profundo de la materia es fundamental. Debemos responder a conciencia si los mecanismos de selección y esquemas de formación de las personas hacia la estructura de Gobierno Corporativo, sean juntas directivas, gerencias o gestores de cartera, son los idóneos para tener las personas capacitadas y competentes para estas funciones.
- Para los auditores, encargados de control interno, calificadoras de riesgo y superintendencias: es necesario revisar sus procesos y programas de formación, muchas de los casos de este 2024 tuvieron procesos de revisión satisfactorios de parte de estas entidades, principios aplicados por ustedes a los sujetos evaluados, que también deben aplicarse a lo interno de estas áreas.
Finalmente, instituciones educativas, entidades financieras y del sector público, deben promover procesos de formación y diálogo en temas de finanzas desde edades tempranas. Muchos problemas de los que vivimos en la actualidad se pueden evitar con cultura y una adecuada formación.
* Académico de la Escuela de Administración de la Universidad Nacional (UNA).