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Archivo de la noticia: Mayo 2010


Dos economistas por la Rectoría

 

Los economistas Henry Mora, actual decano de la Facultad de Ciencias Sociales, y Leiner Vargas, académico del Centro Internacional en Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE), figuran entre los cuatro académicos que se disputarán la Rectoría de la UNA en la elección del próximo 4 de junio.

 


 

Henry Mora: Constructor de pensamiento y práctica crítica

Leiner Vargas: “Soy un libre pensador”

De hablar pausado y semblante sereno, a sus 51 años Henry Mora Jiménez es de aquellos para quienes la lectura no es un pasatiempo, sino una forma de vida. Gracias a ella ha podido ir más allá de su formación como economista para tener un mayor conocimiento de la realidad nacional e internacional.
Sus ansias de aprendizaje le permiten tener respuestas críticas ante distintos panoramas, y esta idea es la que durante 25 años ha tratado de transmitir a sus estudiantes como académico en la Universidad Nacional.

No es de extrañar que su mayor logro personal sea el haber publicado, junto a Frank Hinkelammer, el libro Una economía para la vida, cuya primera edición circuló en el 2005 y se ha reeditado tanto para Costa Rica como para países de América del Sur como Argentina y Colombia.

Es perseverante y disciplinado, aunque desde un punto de vista más humano, considera que su mayor virtud es el respeto por la convivencia. Como defecto menciona el ser perfeccionista y el que su concentración por el estudio lo haya alejado de disfrutar una relación más intensa con sus hijos y sus padres, aunque la que mantiene la considera satisfactoria.

Su vida laboral ha transcurrido en la UNA, por eso quisiera alcanzar la Rectoría para hacer un aporte significativo por ofrecer  una renovación de la misión histórica de la Universidad. “Aunque no alcance la Rectoría mi compromiso es con la Institución, los liderazgos o dirigencias no se construyen desde un cargo, pero sí me gustaría porque más allá del trabajo cotidiano quisiera contribuir a éste que ha sido prácticamente mi lugar de trabajo, me siento comprometido con la renovación de la Universidad”.

Lejos de las aulas su pasatiempo es el deporte: salir a trotar o correr y montar en bicicleta, son parte de las actividades que realiza para disfrutar de su tiempo libre.

En pocas palabras

  • Vida: Naturaleza y humanidad
  • Amor: Familia y prójimo
  • Principios: Solidaridad y justicia
  • Por qué la UNA necesita un cambio: Porque nuestra misión histórica como universidad pública ha venido a menos
  • Universidad ideal: Democrática, inclusiva, comprometida y solidaria
  • Estudiante ideal: Respetuoso, responsable  y comprometido
  • Académico ideal: Impetuoso, estudioso,  creativo y  humanista
  • Principal reto: Construir una sociedad inclusiva, más democrática y en armonía con la naturaleza
Proveniente de un colegio rural y formado como economista en la Universidad Nacional (UNA), en México y en Dinamarca, Leiner Vargas asegura que es cada vez más un pensador libre que un economista.

Este enamorado de la docencia y apasionado de la tecnología, quien dedica gran parte de su tiempo a la lectura y la escritura, es un convencido de que “todavía existe el ADN de la Costa Rica solidaria e incluyente”, que le permitió a él prosperar hace 25 años.

A sus 42 años, considera que su principal reto es colaborar para que ésta sea una sociedad de oportunidades y para que el país alcance una meta de desarrollo más amplia.

Se define como una persona consistente. “Uno vive en función de sus principios y mantenerlos, en situaciones concretas, puede significar perder amigos o relaciones importantes”, comenta Vargas para explicar cómo esa consistencia suya le ha costado mucho.  

Valora mucho los equipos de trabajo. “No pretendo hacer las cosas yo solo”, dice. Es exigente, pero la vida le ha enseñado a ser condescendiente y a valorar a los demás por lo que son y no por lo que parecen ser.

Se confiesa feliz y realizado por haber conseguido consolidar una familia y  alcanzar logros profesionales a lo largo de la vida, que es una lucha permanente.

Con su familia -su esposa Giselle González, y su hija Mariela, de 7 años, a quien adoptó la pareja desde los dos días de nacida-, Vargas disfruta de sus fines de semana en su refugio, una pequeña cabina de campo en las faldas del volcán Poás, heredada de su padre.

Allí, se dedica a su pasatiempo, la agricultura. “Me encanta ver crecer los árboles y batallar contra las enfermedades”, asegura este “agricultor frustrado”, quien cultiva manzanas y aguacates y enseña a su hija “a experimentar con los animales, con el campo, con las cosas que le dan a uno un poco de vida”.


En pocas palabras

  • Vida: Todos los días
  • Amor: Mi familia
  • Principios: Lo que no le permite a uno caer
  • Por qué la UNA necesita un cambio: Porque la sociedad costarricense merece algo mejor
  • Universidad ideal: La universidad diversa
  • Estudiante ideal: Crítica, crítica, crítica
  • Académico ideal: Formador de ilusiones
  • Principal reto para el país: Hacer una sociedad incluyente