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Archivo de la noticia: Enero 2010


Veterinaria y WSPA unen esfuerzos por los animales

 

El rector de la UNA, Olman Segura, y el director regional de la Asociación Mundial para la Protección Animal (WSPA), John Patrick O´Marr, suscribieron una carta de entendimiento que permite la unión de esfuerzos entre la Escuela de Medicina Veterinaria y WSPA para la atención de la población animal en situaciones de desastre.

 


 

La Universidad Nacional, por medio de la Escuela de Medicina Veterinaria y el programa de Unidad Veterinaria de Respuesta ante Emergencias (VERU), y la Asociación Mundial para la Protección Animal (WSPA), suscribieron una carta de entendimiento que permite la capacitación del equipo profesional necesario para la atención eficiente de la población animal en situaciones de desastre.
El equipo VERU de la UNA tuvo una destacada participación durante la tragedia de Cinchona para brindar atención médica y alimenticia a cerca de 3000 animales afectados por los efectos del terremoto, entre ellos especies menores, mayores y silvestres.

Silvia Fernández, veterinaria de la UNA y coordinadora del equipo humano que se mantuvo en la región del desastre, comentó que esta labor se realizó de la mano de la Asociación Mundial para la Protección Animal (WSPA).

Juan Carlos Murillo, coordinador veterinario para el manejo de desastres de América Latina, indicó que la puesta en marcha del programa VERU, sobre todo en la emergencia de Cinchona demostró que es útil, necesario y efectivo. Al punto que lo aprendido en este modelo, desarrollado en Costa Rica como proyecto piloto, se aplica en la actualidad en Colombia, México, Tailandia, Indonesia y Nicaragua.

Desde el primer semestre del 2008, 27 estudiantes recibieron el curso de manejo de animales en situaciones de desastre, esto gracias al convenio entre la Escuela de Medicina Veterinaria y la WSPA que dio origen al grupo de Unidades Veterinarias de Respuesta ante Emergencias (VERU)”, explicó Fernández.

Una de las primeras tareas al llegar a la zona de Chinchona, días después del terremoto de enero del 2009, fue realizar un monitoreo finca por finca, tanto de animales mayores como de menores. Posteriormente, se instaló una clínica móvil en Vara Blanca y un refugio temporal para la atención de mascotas. Los animales ambulantes se recogían, se valoraban y si estaban sanos pasaban al refugio, si no de inmediato a la clínica móvil para atender golpes, fracturas y otras lesiones de consideración sufridas durante el terremoto.