Con su libro de relatos “Parque de Diversiones”, cuyo primer cuento trata sobre una mujer obsesionada con el vértigo en las relaciones interpersonales, Laura Casasa obtiene el Premio UNA Palabra, después de una década sin escribir literatura.
Cuando estudiaba en la Facultad de la Letras de la Universidad de Costa Rica a mediados de los 90, Laura Casasa tenía la “fiebre” por la escritura. Por entonces escribía cuento, poesía, ensayo. En algunas oportunidades, incluso, envió sus trabajos a concursos e incluso obtuvo algunos premios; fue reconocida por el Ministerio de Cultura y el Centro Cultural de México.
Sin embargo, después vinieron los años de la forja de una carrera. Seguía escribiendo, pero asuntos de orden académico. Obtuvo una maestría en Lingüística, también en la UCR, y otra en Lexicografía, en la Real Academia Española. Desde hace algunos años, labora como docente en la Escuela de Ciencias del Lenguaje del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Estas tareas, que hablan de una ajetreada vida académica, obligaron a postergar la literatura, al menos la que es sistemática y exige un continuo trabajo de escritura y revisión. “Fue un período de silencio, o de escribir poco, y nunca con la idea de publicar”, recuerda Casasa.
No es hasta el 2007 que retoma la literatura: dedica tiempo, es constante y se propone publicar. Entre el 2009 y el 2010 se ven los frutos de este nuevo impulso, pues en cuestión de meses ha publicado o garantizado la publicación de cuatro libros. Uno de ellos, que aparecerá a finales de este año, es Parque de Diversiones, libro de relatos que resultó ganador en el certamen UNA Palabra del 2009.
Este libro reúne 24 relatos, escritos justamente a partir del 2007. El libro tiene el nombre del primer cuento, Parque de diversiones, sobre una mujer obsesionada con el vértigo en las relaciones interpersonales.
Este tipo de relaciones, y especialmente las de pareja, son la constante de estas dos docenas de cuentos, entre los que se incluyen otros como Dejar, Uñas, Alternativas y El baño, Ventanas y Malecón. “Son cuentos sobre el abandono, el desgaste, la duda o incertidumbre, con muchos conflictos interiores”, explicó.
Como fue mencionado, la que aparecerá con Editorial UNA —como parte del premio UNA Palabra—, es una de las cuatro publicaciones con el nombre de Laura Casasa en la portada. De los otros, el primero que apareció fue Posibles futuros, una colección de cuentos de ciencia ficción en la que aparece uno de sus relatos, junto con otros de Iván Molina y Laura Quijano, entre otros.
Hay otros dos en proceso de publicación. Uno, es un trabajo filológico, en el que recopila y presenta una colección de cuentos aparecidos en el periódico Vanguardia en los años 40. El volumen se llama El disecador de abuelitas y recoge textos de obreros y campesinos, sin trayectoria literaria, que decidieron presentar sus historias al público.
El otro es Los niños muertos, y aparecerá con Uruk editores en los primeros meses del 2010. Son relatos, como Parque de diversiones, pero de pequeño formato, apenas unas líneas para contar una historia y conseguir un efecto en el lector.
Casas a asegura que el Premio UNA Palabra brinda un incentivo para no volver a descuidar la escritura, ahora que ha regresado a ella. Para los próximos años, tiene dos o tres libros “a medio camino”, que espera también entregar al público.
Sin embargo, después vinieron los años de la forja de una carrera. Seguía escribiendo, pero asuntos de orden académico. Obtuvo una maestría en Lingüística, también en la UCR, y otra en Lexicografía, en la Real Academia Española. Desde hace algunos años, labora como docente en la Escuela de Ciencias del Lenguaje del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Estas tareas, que hablan de una ajetreada vida académica, obligaron a postergar la literatura, al menos la que es sistemática y exige un continuo trabajo de escritura y revisión. “Fue un período de silencio, o de escribir poco, y nunca con la idea de publicar”, recuerda Casasa.
No es hasta el 2007 que retoma la literatura: dedica tiempo, es constante y se propone publicar. Entre el 2009 y el 2010 se ven los frutos de este nuevo impulso, pues en cuestión de meses ha publicado o garantizado la publicación de cuatro libros. Uno de ellos, que aparecerá a finales de este año, es Parque de Diversiones, libro de relatos que resultó ganador en el certamen UNA Palabra del 2009.
Este libro reúne 24 relatos, escritos justamente a partir del 2007. El libro tiene el nombre del primer cuento, Parque de diversiones, sobre una mujer obsesionada con el vértigo en las relaciones interpersonales.
Este tipo de relaciones, y especialmente las de pareja, son la constante de estas dos docenas de cuentos, entre los que se incluyen otros como Dejar, Uñas, Alternativas y El baño, Ventanas y Malecón. “Son cuentos sobre el abandono, el desgaste, la duda o incertidumbre, con muchos conflictos interiores”, explicó.
Como fue mencionado, la que aparecerá con Editorial UNA —como parte del premio UNA Palabra—, es una de las cuatro publicaciones con el nombre de Laura Casasa en la portada. De los otros, el primero que apareció fue Posibles futuros, una colección de cuentos de ciencia ficción en la que aparece uno de sus relatos, junto con otros de Iván Molina y Laura Quijano, entre otros.
Hay otros dos en proceso de publicación. Uno, es un trabajo filológico, en el que recopila y presenta una colección de cuentos aparecidos en el periódico Vanguardia en los años 40. El volumen se llama El disecador de abuelitas y recoge textos de obreros y campesinos, sin trayectoria literaria, que decidieron presentar sus historias al público.
El otro es Los niños muertos, y aparecerá con Uruk editores en los primeros meses del 2010. Son relatos, como Parque de diversiones, pero de pequeño formato, apenas unas líneas para contar una historia y conseguir un efecto en el lector.
Casas a asegura que el Premio UNA Palabra brinda un incentivo para no volver a descuidar la escritura, ahora que ha regresado a ella. Para los próximos años, tiene dos o tres libros “a medio camino”, que espera también entregar al público.
