Premio Omar Dengo reconoce a profesores del Instituto Superior de Arte, entre ellos Aleksandr Sklioustovski, y a Miguel Fajardo, y el UNA Palabra, a la cuentista Laura Casasa y al ensayista Álvaro Vega.
Un grupo de brillantes intérpretes y maestros que han instruido a niños y niñas, quienes a su vez han puesto el nombre de Costa Rica muy en alto, un educador que ha dedicado su vida a rescatar y promover al hombre y la mujer guanacasteca. Y dos escritores, una cuentista y un ensayista, que vienen a enriquecer la literatura y las ciencias sociales costarricenses.
De manera compartida, el premio Omar Dengo reconoce la labor de los profesores del Instituto Superior de Arte, que por más de una década han formado a pianistas que han recibido premios en Estados Unidos y Europa, y del maestro y poeta Miguel Fajardo Korea. Sobre los profesores del Instituto Superior de Arte, Aleksandr Sklioutovski, Luis Monge, Gerardo Meza, Tamara Sklioutovskaia y Ludmilla Meltzer, el jurado destacó el rigor y la creatividad con que forman a estos jóvenes pianistas. Además, que su labor tiene un alto impacto social, al llevar la música clásica a sectores sociales que tradicionalmente no tendrían acceso a ella, y menos a tan alto nivel técnico y artístico.
De Fajardo Korea, destacó los esfuerzos de este profesor de la Sede Chorotega por rescatar la guanacastequidad (es decir, el conjunto de características, símbolos y costumbres que conforman el ser guanacasteco).
A su vez, el premio UNA Palabra en la categoría de Cuento, fue para el libro Parque de Diversiones, de Laura Casasa Núñez. Ella es lingüista y profesora del Instituto Tecnológico de Costa Rica; ha publicado un libro de crítica literaria y tiene en prensa otro libro de cuentos con Uruk editores.
Por su parte, el galardón UNA Palabra en la categoría de Ensayo fue para el sociólogo y profesor pensionado de la UNA, Álvaro Vega, por El despertar de la ciudadanía. Ideología del miedo y cultura de la no violencia en Costa Rica, sobre el recordado memorándum de Kevin Casas y Fernando Sánchez.
Finalmente, el jurado en la rama de poesía decidió declarar el premio como desierto, pues consideró que las obras presentadas eran “poemarios inacabados”, así como carentes de unidad y cohesión.
De manera compartida, el premio Omar Dengo reconoce la labor de los profesores del Instituto Superior de Arte, que por más de una década han formado a pianistas que han recibido premios en Estados Unidos y Europa, y del maestro y poeta Miguel Fajardo Korea. Sobre los profesores del Instituto Superior de Arte, Aleksandr Sklioutovski, Luis Monge, Gerardo Meza, Tamara Sklioutovskaia y Ludmilla Meltzer, el jurado destacó el rigor y la creatividad con que forman a estos jóvenes pianistas. Además, que su labor tiene un alto impacto social, al llevar la música clásica a sectores sociales que tradicionalmente no tendrían acceso a ella, y menos a tan alto nivel técnico y artístico.
De Fajardo Korea, destacó los esfuerzos de este profesor de la Sede Chorotega por rescatar la guanacastequidad (es decir, el conjunto de características, símbolos y costumbres que conforman el ser guanacasteco).
A su vez, el premio UNA Palabra en la categoría de Cuento, fue para el libro Parque de Diversiones, de Laura Casasa Núñez. Ella es lingüista y profesora del Instituto Tecnológico de Costa Rica; ha publicado un libro de crítica literaria y tiene en prensa otro libro de cuentos con Uruk editores.
Por su parte, el galardón UNA Palabra en la categoría de Ensayo fue para el sociólogo y profesor pensionado de la UNA, Álvaro Vega, por El despertar de la ciudadanía. Ideología del miedo y cultura de la no violencia en Costa Rica, sobre el recordado memorándum de Kevin Casas y Fernando Sánchez.
Finalmente, el jurado en la rama de poesía decidió declarar el premio como desierto, pues consideró que las obras presentadas eran “poemarios inacabados”, así como carentes de unidad y cohesión.
