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Archivo de la noticia: Noviembre 2012


Una nueva ruralidad se abre campo

 

Factores como la irrupción de nuevas tecnologías de la información y la comunicación, especialmente la Internet y el teléfono celular, inciden en la estructura social y la vida familiar de las poblaciones rurales, según investigación de la División de Educación Rural del CIDE.


 

La tradicional pulpería dio paso a pequeños, medianos y grandes centros comerciales; el campesino o el peón agrícola se incorporó a nuevas actividades agroindustriales; la diversificación y modernización del sector agropecuario trajo la incorporación de la mujer en el mundo laboral, cambios en la estructura social y en la vida familiar; la trocha y el camino polvoriento, dio paso a la carretera, que a su vez traería aparejado la introducción y la expansión del turismo y, con ello, la irrupción de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, principalmente la Internet, el teléfono celular y la publicidad, que inciden en nuevos patrones de consumo en la población.

Profundos cambios en el ámbito económico, ambiental, social y en lo político-institucional, experimentan en las últimas décadas las zonas rurales costarricenses, pero de estos cambios, uno de ellos es percibido por investigadores de la Universidad Nacional (UNA) como una verdadera amenaza de esta nueva ruralidad en Costa Rica, y es precisamente la pérdida de valores que caracterizan la identidad rural.

Una investigación realizada en los últimos tres años por los académicos Mirta Díaz Forbice, Guillermo Miranda Camacho y Nancy Torres Victoria, de la División de Educación Rural del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) de la UNA, pone de relieve los cambios estructurales más relevantes que en los aspectos sociales, económicos y culturales experimentan algunas zonas rurales costarricenses y cómo éstos influyen directamente en las escuelas rurales, en los alumnos, en los maestros y en el currículo escolar para enfrentar los efectos de estos cambios.


Según comentó Mirta Díaz, las nuevas tecnologías favorecen una cultura consumista que se refleja a simple vista en las escuelas rurales, donde los estudiantes hacen uso del internet, los ipads, telefonía celular, los videos juegos; además, los  útiles escolares, bolsos, mochilas, entre otros, son marca y expresiones de la cultura foránea vinculada a la industria cinematográfica (Disney, Harry Potter).


Para la investigadora Nancy Torres, otra prueba inequívoca de los cambios en las costumbres, se refleja en la gastronomía que es desplazada por la presencia de restaurantes de comidas rápidas como Mc Donald y Burguer King, que invaden el medio rural costarricense.


“La inseguridad ciudadana también se manifiesta en grado considerable en esas zonas y en algunas regiones se agudiza la presencia del crimen organizado vinculado a la producción y la distribución de drogas, y en este sentido, las escuelas rurales al igual que las urbanas, deben tomar medidas para evitar la introducción de la violencia social y la venta de drogas”, aseguró Torres.


Para el investigador y académico Guillermo Miranda la cuestión de fondo ante este panorama es preguntarse si la escuela rural con su currículo y sus prácticas educativas son la alternativa pedagógica frente a estos procesos; o bien, si la educación que reciben los estudiantes de las escuelas rurales son la alternativa contrahegemónica a la hegemonía neoliberal que envuelve en forma espiral a las zonas rurales.


Al respecto, Miranda aseguró que las nuevas ocupaciones en el mundo rural requieren de nuevas competencias laborales, particularmente en el uso de las TICs y en el manejo de idiomas, particularmente en inglés; también se requiere una mayor participación ciudadana, donde la escuela rural debe desempeñar un papel protagónico.


Agregó que definitivamente el entorno económico, ambiental, sociocultural y político-institucional que enfrentan los territorios rurales pone en evidencia una problemática muy compleja, que merece ser tomada muy en serio en las políticas educativas y curriculares de nuestro medio rural.

 

“Una que debe ocupar un lugar central es la pérdida de la valoración de la identidad rural; se hace urgente que a través del currículo escolar se implemente una revalorización de la cultura rural y un fuerte compromiso de rescate de las tradiciones y valores asociados con esta cultura”.


Para los investigadores, esto es definitivamente una tarea que implica incidir en la construcción de significados por medio de un currículo focalizado en la pertinencia cultural y que promueva el desarrollo integral de los educandos en el marco de una visión sostenible del desarrollo.