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Archivo de la noticia: Octubre 2016


Buscan producir hortalizas con ahorro de agua

 

Resultados preliminares  indican que en Heredia, por ejemplo, se puede producir chile y pepino con un 20 por ciento menos de agua, sin afectar el rendimiento en la época lluviosa.



 

La agricultura es una de las  actividades más afectadas ante el fenómeno del cambio climático: el exceso o falta de precipitaciones, variaciones en la temperatura y otros efectos asociados, pueden llegar a constituir serias amenazas a la seguridad alimentaria del país.

 

El desafío en la agricultura es la producción de alimentos bajo condiciones en que se pueda controlar o atenuar  los efectos nocivos de este fenómeno como sucede en ambientes protegidos.

 

La producción en estos ambientes inicio a finales de los 80 en Costa Rica, principalmente dirigida a plantas ornamentales y flores, sin embargo para el 2010, las hortalizas del grupo de las solanáceas se consolidaban como el mayor de producción, principalmente en las provincias de Alajuela y Cartago con cultivos de chile y tomate.

 

Bajo esa premisa nace el proyecto “Efecto del cambio climático en la producción de hortalizas en Costa Rica”, una iniciativa interuniversitaria donde participan la Escuela de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional (ECA-UNA), la Estación Experimental Fabio Baudrit de la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Escuela de Ingeniería Agrícola del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).

 

El objetivo es evaluar el efecto del cambio climático en la producción de hortalizas utilizando ambientes controlados como una forma para definir estrategias que permitan enfrentar el impacto del este fenómeno.  Para el logro de este objetivo se pretende conocer el efecto de variables ambientales (Temperatura, humedad relativa, cantidad de agua) sobre la respuesta morfofisiologica y productiva de cultivos de chile y pepino. A la vez conocer en cuanto a rendimiento y calidad la respuesta genotipo-ambiente de materiales de tomate Cherry.

 

Para este fin, se establecieron siembras en la en la época seca y lluviosa  de chile y pepino en invernaderos de tres zonas distintas: Cartago (ITCR),  Heredia (UNA) y la Garita de Alajuela (UCR). “Lo primero fue conocer las variables ambientales de cada localidad, para ello se colocaron sensores que registran temperatura, radiación fotosintéticamente activa (PAR), humedad y otras, durante 24 horas los 365 días del año”, dijo Juan Félix Argüello, investigador de la ECA-UNA.  Su fin es poder caracterizar ambientalmente cada uno de los sitios y ambientes protegidos según zona de estudio.

 

Posteriormente para determinar la respuesta morfofisiológica de los cultivos de chile y pepino se desarrollaron siembras de los cultivos en ambas épocas.  Este proyecto pretende brindar pautas  para lograr el ahorro de agua en la agricultura, lo cual será imperativo en condiciones de cambio climático.

 

“Para esto tenemos dos experimentos: uno con el suministro de agua óptimo (Capacidad de campo) y otro  con menor porcentaje, para eso tenemos que conocer variables fisiológicas y morfológicas de las plantas, además de su rendimiento”, detalló Argüello. A la vez comento que “con el propósito de buscar genes tolerantes al calor se analizaron molecularmente y por su rendimiento 15 genotipos de tomate Cherry .”

 

Preliminar

 

En los tres invernaderos se usaron  los mismos genotipos de chile dulce y de pepino, sembrados en la misma época y con condiciones muy similares de manejo.  

 

Los resultados preliminares, según el investigador,  indican que en Heredia, por ejemplo, se puede producir chile y pepino con un 20 por ciento menos de agua sin afectar el rendimiento en la época lluviosa,  sin embargo en la época seca al disminuir el agua en los sistemas de riego si se ve afectada la producción de ambos cultivos. 

 

En relación a la tolerancia al calor “Lo que buscamos es ver a través de una análisis molecular, cuál de estas variedades tiene mayor resistencia, ya que cuando el tomate se expone a un exceso de temperatura hay una aborto en la flor y el fruto no se da, comente el señor Arguello “se ha determinado que al menos dos genotipos de tomate cherry presentan genes tolerantes a esta característica, además estos resultados se han asociado a valores de rendimiento concordando tolerancia a calor con mayor rendimiento. 

 

Estos datos nos podrían servir más adelante para iniciar programas de el mejoramiento genético de las variedades que se cultivan en el país, concluyo el investigador.

  

 

Este proyecto fue presentado en el I Congreso Universitario de Cambio Climático y Gestión del Riesgo, organizado por la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar,  1 y 2 de setiembre. Puede conocer la lista completa de ponencias y descargarlas en el siguiente enlace: www.tierraymar.una.ac.cr