El proyecto “Mejoramiento de la capacidad productiva de los pequeños y medianos reforestadores de la zona sur” del INISEFOR-UNA busca darle valor agregado a las fincas productivas propias de la zona, a través de la diversificación e incorporación del componente forestal.
Luego de dos años de planeamiento estratégico, en el 2008, el Instituto de Investigación y Servicios Forestales (INISEFOR-UNA) arrancó con el proyecto Mejoramiento de la capacidad productiva de los pequeños y medianos reforestadores de la zona sur, cuyo objetivo -de acuerdo con Rafael Murillo su coordinador- es realizar actividades productivas y de investigación en el campo forestal para incorporarlas como parte integral de producción en fincas, utilizando métodos participativos.
Lo primero, según Murillo, fue identificar a propietarios amigables al cultivo de árboles, con lo que se logró, solamente en el primer año de ejecución del proyecto, plantar nueve mil árboles en ocho fincas bajo la modalidad de cercas vivas protegidas y plantación de especies como caoba, amarillón, melina, teca y cedro amargo. “Además se instaló un ensayo de melina con el fin de proveer información a la cooperativa Coopeagri y en general a todos los reforestadotes del país, de los mejores clones para el desarrollo de árboles maderables”.
También se trabaja con la cooperativa Surcoop en el establecimiento de material genético de alta calidad, su selección y validación, y el estudio de las necesidades de fertilizantes para mejorar la calidad y rendimiento a la vez que se disminuyen los costos.
“Este proyecto es el primer escalón de una estrategia productiva para la zona, en la cual se brindará asistencia permanente a medida que se desarrollen cada una uno de los eslabones planificados a mediano y largo plazo, con el fin último de brindarle a los productores agroforestales alternativas para darle valor agregado a la capacidad productiva de sus fincas, con lo que se obtiene el tan ansiado mejoramiento en la calidad de vida de los pobladores de la zona”, señala Carlos Ávila, investigador del INISEFOR-UNA.
El proyecto consta de cinco componentes: Estudio para la determinación de lugares aptos para reforestar, aprovechamiento del potencial productivo de fincas cosechadas, devueltas a sus propietarios por la empresa Ston Forestal, búsqueda de alternativas de uso del suelo bajo el dosel de árboles en plantaciones forestales, establecimiento, estudio y manejo de plantaciones con material genético de calidad superior, y participación comunitaria en la creación y fomento de la cultura forestal para Zona Sur.
Para finales del 2009 el proyecto logró el establecimiento de un vivero para la reproducción vegetativa de especies forestales maderables, ubicado en un terreno donado a la universidad con este objetivo; además se han establecido más de 18.000 árboles con fines que van desde la conservación, producción maderable e investigación con participación de los propietarios de los terrenos. A la fecha el proyecto tiene afiliados a aproximadamente 130 propietarios de terrenos distribuidos en 20 fincas entre pequeñas y medianas, incluyendo 2 cooperativas.
El siguiente paso en la estrategia del proyecto es identificar personas integradas en la cadena de la industrialización de la madera, de forma que desde la corta de árboles, el transporte y la venta de los productos finales estén en manos de los lugareños y ayuden a disminuir el déficit de madera en el país al mismo tiempo que mejoran su calidad de vida.
Lo primero, según Murillo, fue identificar a propietarios amigables al cultivo de árboles, con lo que se logró, solamente en el primer año de ejecución del proyecto, plantar nueve mil árboles en ocho fincas bajo la modalidad de cercas vivas protegidas y plantación de especies como caoba, amarillón, melina, teca y cedro amargo. “Además se instaló un ensayo de melina con el fin de proveer información a la cooperativa Coopeagri y en general a todos los reforestadotes del país, de los mejores clones para el desarrollo de árboles maderables”.
También se trabaja con la cooperativa Surcoop en el establecimiento de material genético de alta calidad, su selección y validación, y el estudio de las necesidades de fertilizantes para mejorar la calidad y rendimiento a la vez que se disminuyen los costos.
“Este proyecto es el primer escalón de una estrategia productiva para la zona, en la cual se brindará asistencia permanente a medida que se desarrollen cada una uno de los eslabones planificados a mediano y largo plazo, con el fin último de brindarle a los productores agroforestales alternativas para darle valor agregado a la capacidad productiva de sus fincas, con lo que se obtiene el tan ansiado mejoramiento en la calidad de vida de los pobladores de la zona”, señala Carlos Ávila, investigador del INISEFOR-UNA.
El proyecto consta de cinco componentes: Estudio para la determinación de lugares aptos para reforestar, aprovechamiento del potencial productivo de fincas cosechadas, devueltas a sus propietarios por la empresa Ston Forestal, búsqueda de alternativas de uso del suelo bajo el dosel de árboles en plantaciones forestales, establecimiento, estudio y manejo de plantaciones con material genético de calidad superior, y participación comunitaria en la creación y fomento de la cultura forestal para Zona Sur.
Para finales del 2009 el proyecto logró el establecimiento de un vivero para la reproducción vegetativa de especies forestales maderables, ubicado en un terreno donado a la universidad con este objetivo; además se han establecido más de 18.000 árboles con fines que van desde la conservación, producción maderable e investigación con participación de los propietarios de los terrenos. A la fecha el proyecto tiene afiliados a aproximadamente 130 propietarios de terrenos distribuidos en 20 fincas entre pequeñas y medianas, incluyendo 2 cooperativas.
El siguiente paso en la estrategia del proyecto es identificar personas integradas en la cadena de la industrialización de la madera, de forma que desde la corta de árboles, el transporte y la venta de los productos finales estén en manos de los lugareños y ayuden a disminuir el déficit de madera en el país al mismo tiempo que mejoran su calidad de vida.
