La Escuela de Ciencias Ambientales de la UNA desarrolla un proyecto con el objetivo de desarrollar índices nacionales y regionales sobre la acumulación de carbono en la biomasa y el cálculo de emisiones de gases de efecto invernadero en ecosistemas forestales.
Las grandes posibilidades que tiene el país para participar en los mercados de carbono son reconocidas a nivel internacional. También lo son las oportunidades de generar información y transferir conocimientos en este campo.
La Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional (EDECA-UNA) desarrolla un proyecto, a cargo del académico William Fonseca, cuyo objetivo es desarrollar índices nacionales y regionales sobre la acumulación de carbono en la biomasa y el cálculo de emisiones de gases de efecto invernadero en ecosistemas forestales, que permitan fijar la compensación económica para los propietarios de bosque, según el servicio ambiental que los mismos estén generando.
“Seleccionamos sitios y establecemos unidades de muestreo (parcelas) para obtener información base como diámetro, altura y especie, y calculamos árboles promedio por unidad de muestreo. Cortamos algunos árboles y pesamos por separado las hojas, ramas, tronco y raíces para obtener la biomasa.
Esto lo hacemos con árboles, hierbas y necromasa (hojas y ramas secas) y los valores los extrapolamos a la hectárea”, explicó Fonseca.
Este proyecto arrancó en el 2010 y, a la fecha, se han determinado los valores para plantaciones de jaúl, ciprés, eucalipto, bambú y recién se inició el estudio para el bosque seco. Con los datos obtenidos, se desarrolla un modelo matemático que facilita el cálculo de almacenamiento de carbono para este tipo de ecosistemas.
“El dueño de la finca o el usuario de la información, con solo conocer el diámetro del árbol y usando el modelo matemático, podrá hacer el cálculo de almacenamiento actual y futuro por individuo y por hectárea”, detalló Fonseca.
Con los resultados de este proyecto, se podrá estimar la cantidad de biomasa acumulada y carbono almacenado en bosques secundarios secos, así como en especies nativas y exóticas establecidas en plantaciones forestales puras y bajo sistemas agroforestales de distinta edad.
Luego de cortar el árbol se divide en partes pequeñas para hacer un pesaje en el campo. Este material se traslada luego para secarlo y calcular el almacenamiento de carbono.
