Con 29 años de trayectoria artística, la Compañía de Cámara Danza UNA se remoza con nuevos integrantes egresados de la Escuela de Danza, su I Temporada del año denominada ANAMNESIS y nuevos proyectos.
A lo largo de 29 años de labor artística, la Compañía de Cámara Danza UNA se ha presentado en múltiples comunidades del país, en los principales teatros de San José y en escenarios de Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Panamá, Perú, Ecuador, Chile, México, Estados Unidos e Inglaterra.
Este año, la Compañía –dirigida por Ileana Álvarez- cuenta con nuevos integrantes, todos egresados de la Escuela de Danza de la UNA, además participan estudiantes avanzados que son seleccionados cada año por medio de una audición.
Con ANAMNESIS, compuesta por las coreografías La piel del alma, El mal de la muerte y Anamnesis, la Compañía abrió su I Temporada.
“La piel del alma” desarrolla el tema del agua como símbolo de purificación necesario para retomar nuestra conexión con el principio creador universal. Cuando los seres humanos vivimos en sociedad, los procesos de culturización pueden conllevar a una pérdida del instinto salvaje o a una desconexión con nuestro ser espiritual, destaca Álvarez.
“El mal de la muerte” está basada en un texto de Margerite Duras, que plantea la imposibilidad de un hombre de amar, la incapacidad de expresar el sentimiento del amor en sus múltiples dimensiones, la dulzura y la sensualidad, el erotismo, el placer, entre otros aspectos.
El motivo central de la coreografía Anamnesis, que le da el nombre a la I Temporada es la Anamnesis entendida como la recuperación de la memoria o el recuerdo de nuestra verdadera identidad, en momentos en que el ser humano, al sumergirse en el mundo material, ha sido cautivo del olvido o pérdida de su verdadero yo.
Otros proyecto que la Compañía de Cámara Danza UNA desarrollará es la participación en el montaje Mitología Urbana, dirigido por la joven coreógrafa Selma Solórzano. El proyecto cuenta con financiamiento de Proartes e incluye elementos plásticos, proyecciones, teatro, música en vivo y danza.
Es además una propuesta diseñada por la coreógrafa para ser presentada en espacios escénicos no convencionales, específicamente en un bar de San José. La intención de esta creación es llevar al público que frecuenta este tipo de ambientes, un espejo donde se reflejen sus propios comportamientos, actitudes y adicciones. El tema del consumo del alcohol es clave en esta propuesta que pretende incentivar el despertar de un gran número de personas que utilizan este tipo de adicciones como una manera de evadir o escapar de su realidad.
Este año, la Compañía –dirigida por Ileana Álvarez- cuenta con nuevos integrantes, todos egresados de la Escuela de Danza de la UNA, además participan estudiantes avanzados que son seleccionados cada año por medio de una audición.
Con ANAMNESIS, compuesta por las coreografías La piel del alma, El mal de la muerte y Anamnesis, la Compañía abrió su I Temporada.
“La piel del alma” desarrolla el tema del agua como símbolo de purificación necesario para retomar nuestra conexión con el principio creador universal. Cuando los seres humanos vivimos en sociedad, los procesos de culturización pueden conllevar a una pérdida del instinto salvaje o a una desconexión con nuestro ser espiritual, destaca Álvarez.
“El mal de la muerte” está basada en un texto de Margerite Duras, que plantea la imposibilidad de un hombre de amar, la incapacidad de expresar el sentimiento del amor en sus múltiples dimensiones, la dulzura y la sensualidad, el erotismo, el placer, entre otros aspectos.
El motivo central de la coreografía Anamnesis, que le da el nombre a la I Temporada es la Anamnesis entendida como la recuperación de la memoria o el recuerdo de nuestra verdadera identidad, en momentos en que el ser humano, al sumergirse en el mundo material, ha sido cautivo del olvido o pérdida de su verdadero yo.
Otros proyecto que la Compañía de Cámara Danza UNA desarrollará es la participación en el montaje Mitología Urbana, dirigido por la joven coreógrafa Selma Solórzano. El proyecto cuenta con financiamiento de Proartes e incluye elementos plásticos, proyecciones, teatro, música en vivo y danza.
Es además una propuesta diseñada por la coreógrafa para ser presentada en espacios escénicos no convencionales, específicamente en un bar de San José. La intención de esta creación es llevar al público que frecuenta este tipo de ambientes, un espejo donde se reflejen sus propios comportamientos, actitudes y adicciones. El tema del consumo del alcohol es clave en esta propuesta que pretende incentivar el despertar de un gran número de personas que utilizan este tipo de adicciones como una manera de evadir o escapar de su realidad.
