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Archivo de la noticia: Noviembre 2012


Red latinoamericana intervendrá en conflictos humanos-felinos

 

El jaguar, el puma y el yaguarundí son las especies que se ven mayormente involucradas en los eventos de depredación, que tienden a aumentar durante la época seca o periodos intensos de lluvia.


 

La depredación del ganado por parte de grandes felinos no es un fenómeno aislado, sino el resultado de la expansión ganadera, la falta de una adecuado manejo de la producción y la disminución de las presas silvestres producto de la caza furtiva; factores que se conjugan no solo en nuestro país sino en el resto de Latinoamérica.

Este conflicto tiene la particularidad de que incluye grandes felinos silvestres con poblaciones reducidas, principalmente el caso del jaguar, extinto ya en algunos países o regiones. Los eventos de depredación generan la matanza de jaguares y pumas como medida correctiva, causando la pérdida de individuos adultos reproductivos y los posteriores efectos que conlleva a la vida silvestre.

 

Para los finqueros dependiendo de su estatus económico las pérdidas pueden ser significativas o no, sin embargo, el sentimiento de transgresión a la propiedad privada y los bienes, en algunas ocasiones pesa más a la hora de tomar decisiones de manejo.

Con el objetivo de promover el intercambio de información para el desarrollo de políticas integrales para la prevención y mitigación del conflicto, donde se beneficie tanto a la conservación de las especies como la actividad productiva, se conformó el pasado 5 de setiembre la Red Latinoamericana sobre conflictos humano-felinos, durante la realización del I Taller Latinoamericano desarrollado sobre este tema organizado por el Programa Jaguar del Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (ICOMVIS-UNA), con el apoyo del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos.

Expertos de México, Guatemala, Honduras, Colombia, Paraguay, Argentina y Costa Rica, se dieron cita para plantear una agenda de trabajo conjunta para la atención y resolución de estos conflictos.

“Nuestro objetivo es crear una red de trabajo donde se puedan compartir experiencias y sistematizar el conocimiento generado en la región latinoamericana”, comentó Luis Diego Alfaro, coordinador del Programa Jaguar.


Los conflictos humano-felinos han existido durante décadas y se deben en gran parte, a la expansión de las actividades productivas a zonas rurales o protegidas, con la consecuente pérdida de hábitat para los animales.


El jaguar, el puma y el yaguarundí, son las especies que se ven mayormente involucradas en los eventos de depredación, que tienden a aumentar durante la época seca o en períodos intensos de lluvia.


Dentro de las medidas de prevención los expertos destacan los encierros nocturnos para el ganado, el mejoramiento de la producción y el manejo sanitario, la capacitación a productores, la planificación de la finca y la tenencia de animales de guardia. También se incluye el promover la modificación en el manejo de los hábitats, la distribución adecuada de las fuentes de agua, el uso de cercas eléctricas y la concentración de la época reproductiva en un corto plazo.


Como medidas para la mitigación, se mencionaron la compensación económica por las pérdidas y la creación de un seguro ganadero como principales alternativas.