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Archivo de la noticia: Octubre 2010


¿Se hereda la desigualdad?

 

El PNUD presentó recientemente el informe regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe llamado “Actuar sobre el futuro: romper la transmisión interregional de la desigualdad”, que enumera las principales causas y consecuencias de la desigualdad en América Latina.

 


 

América Latina y el Caribe son las regiones más desiguales del mundo, con índices que se proyectan no solo por las altas tasas de desigualdad sino por la persistencia de éstas a pesar de los logros sociales que puedan haber tenido los países en su lucha por mitigar el impacto, según el informe regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe llamado “Actuar sobre el Futuro: romper la transmisión interregional de la desigualdad”, presentado recientemente.

Pablo Sauma miembro del grupo de investigación para Costa Rica del PNUD comentó: “El asunto con respecto a la desigualdad no es sencillo, tiene raíces históricas que vienen desde la colonia, como el acceso a la tierra, el excesivo gasto militar en detrimento de los servicios sociales, élites que gobiernan para sí, entre otros”.

La desigualdad genera desigualdad. La educación y el ingreso de una generación tienen una alta influencia en esta materia. La condición de pobreza de hogares en los cuales el jefe o jefa del hogar tienen un bajo nivel educativo  se correlaciona con menores niveles de escolaridad de los hijos y en ingresos laborales bajos de estos en la edad adulta. Una mayor inversión en capital humano- en particular en salud y educación- en edades tempranas es clave para los logros escolares futuros y la habilidad para generar ingresos. Factores internos y externos del hogar imposibilitan el acceso y la elección de mejores niveles de bienestar para sus hijos a las personas de   los segmentos menos favorecidos de la población de América Latina. Estas restricciones contribuyen a la transmisión entre generaciones de la desigualdad.

El PNUD menciona que la cantidad y calidad de las escuelas, unido a restricciones del hogar como la escolaridad y el nivel de ingreso de los padres, las habilidades cognitivas o el estado de salud de las niñas y niños, influyen directamente en el logro escolar de estos últimos.

Según Sauma, la educación es el vehículo más importante para que a futuro, se logren reducir simultáneamente la pobreza y la desigualdad. Pero para ello, se requiere que TODOS los adolescentes del país se mantengan en los centros educativos, al menos hasta que culmine la educación general básica (noveno grado). Aún así, esa meta debe verse como un mínimo, pues en los países desarrollados al menos el 90% de los adolescentes termina la secundaria completa. El gobierno está tratando de lograr la meta, por una parte buscando reducir la deserción/aumentar la retención con el programa Avancemos, y también en la parte curricular, pero falta mucho por avanzar.

Con respecto al modelo económico Sauma acotó “Este  modelo económico ha aumentado la desigualdad. Lo que corresponde aquí es entonces garantizar los mecanismos distributivos y redistributivos para reducir la desigualdad. Principalmente se trata de adecuar las cargas tributarias para que los sectores más dinámicos de la economía enfrenten cargas tributarias similares a las del resto, y además logrando los avances planteados en educación. También es importante una política de salarios mínimos para el sector privado que retribuya aumentos en la productividad. La reducción en la desigualdad se debe dar "emparejando hacia arriba" y jamás "emparejando hacia abajo", porque esto último nos hace más pobres a todos, concluyó el investigador.