La Universidad Nacional (UNA), junto con la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED), llevan a cabo un proyecto común: la implementación de un currículo integrado en los ciclos I y II de la Educación General Básica costarricense. Esta iniciativa surge por solicitud de la Comisión de Decanos y Decanas, dentro de la agenda de cooperación MEP-CONARE, y se desarrolla en colaboración con los respectivos centros de investigación de las universidades.
El proyecto tiene como objetivo principal diseñar una propuesta para la transición de un currículo disciplinar a uno integrado, que contemple una formación integral en áreas como ética, estética y ciudadanía. A través de talleres, encuentros y entrevistas en diversas escuelas y congresos, el equipo de trabajo valida la información recopilada, lo que permite sistematizar experiencias y destacar prácticas educativas relevantes tanto a nivel nacional como internacional.
Conclusiones principales
Las conclusiones preliminares de la investigación subrayan la importancia de recomendar acciones para implementar un currículo integrado en Costa Rica. Estas acciones están alineadas con la Política Educativa del Ministerio de Educación Pública (MEP), que promueve una formación integral y adaptada a las necesidades específicas de las comunidades educativas.
El proyecto destaca que, aunque una implementación completa a nivel nacional es un desafío, existen medidas concretas que podrían tener un impacto significativo en la educación. Por ejemplo, se podrían adoptar prácticas integradoras en el currículo que favorezcan la contextualización de los objetivos educativos con las realidades regionales y circuitales.
Además, se identifica que las escuelas laboratorio y las escuelas unidocentes del país lideran iniciativas de integración curricular, y muestran cómo estas metodologías fomentan aprendizajes significativos y aumentan la autonomía de los estudiantes. Por la experiencia acumulada, la División de Educación Rural del CIDE-UNA trabajan en este ámbito desde los años 80, y refuerza la viabilidad y relevancia de este enfoque.
Para los académicos de la UNA el proyecto reafirma la importancia de modelos curriculares integrados, que demuestran ser más efectivos para el aprendizaje y la conexión con la vida cotidiana. “Este enfoque no solo responde a los nuevos requerimientos de la sociedad, sino que también se alinea con las tendencias internacionales en educación, respaldadas por organismos como la UNESCO”, mencionó Jessenia Rivera Solano, académica de la División de Educación Rural.
Esta iniciativa no solo busca innovar en la estructura curricular de la educación básica costarricense, sino también posicionar al país a la vanguardia de las prácticas educativas contemporáneas.