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Archivo de la noticia: Octubre 2015


Investigan agente de enfermedad de Chagas en Heredia

 

Laboratorios de Zoonosis y Entomología de la Escuela de Medicina Veterinaria de la UNA estudian la presencia del parásito que transmite el Chagas en insectos vectores en Getsemaní de Heredia.



 

La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana vuelve a ocupar el interés de los científicos de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (EMV-UNA), debido a los hallazgos de vectores infectados con el parásito Trypanosoma cruzi, en perros, viviendas y los alrededores de Getsemaní de San Rafael de Heredia. 

 

El equipo de trabajo está coordinado por la investigadora Gaby Dolz y los co-investigadores Andrea Urbina y Marco Herrero. Asimismo, contaron con el apoyo de las estudiantes Vanessa Madrigal, Milena Argüello y Nineth Mendoza, quienes desarrollan sus proyectos de tesis de maestría en enfermedades tropicales, en el marco de este proyecto, denominado Distribución espacio temporal del Trypanosoma cruzi en Getsemaní de Heredia, usando como indicadores su presencia en perros e insectos vectores. 

 

El objetivo es tomar las medidas oportunas de control y prevención mediante la capacitación a los pobladores de los sitios donde se albergan y reproducen los chinches, sobre temas como el adecuado manejo ambiental y el riesgo de exposición de las personas y animales a la transmisión del parásito, mediante el chinche. 

 

La enfermedad de Chagas es una infección parasitaria causada por el Trypanosoma cruzi que es transmitido por el insecto Triatoma dimidiata. 

 

El estudio inició desde enero de 2015 dado el interés del área de salud de San Rafael de Heredia de investigar la enfermedad de Chagas en Getsemaní. Ya en el lugar, se solicitó el consentimiento informado de los jefes de familia de cada uno de los hogares, para lo cual se contó con el acompañamiento del área de salud. 

 

Además, los investigadores de la UNA enviaron sus resultados a Equipos Básicos de Atención Integral de la Salud (Ebais) respectivo y al Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) para que en aquellas casas donde se encontrara la presencia del parásito, las personas fueran debidamente examinadas. 

 

Resultados preliminares 

 

En los perros se halló uno con una infección aguda reciente y 20 seropositivos (con anticuerpos contra el parásito), de un total de 289 que fueron examinados. De las 204 casas inspeccionadas, en 20 se encontraron vectores (Triatoma dimidiata) infectados con el parásito (Trypanosoma cruzi). 

 

El agente causal de la enfermedad es un parásito llamado Trypanosoma cruzi transmitido por el contacto con las heces infectadas del insecto llamado Triatoma dimidiata, conocido también como chinche bebe-sangre. Al defecar, las heces del insecto que contienen formas parasitarias pueden infectar al ser humano y a los animales, ingresando por el sitio de la picadura en piel o mucosas. 

 

Milena Argüello comentó que la especie del vector se encuentra a menos de 1.600 metros sobre el nivel del mar y las especies adultas, a menudo, vuelan de zonas boscosas a las viviendas. Si las condiciones son favorables, los insectos se adaptan y reproducen en sitios donde haya acumulaciones de leña, depó- sitos de materiales abandonados y otros sitios creados por el ser humano, cercanos a la vivienda. 

 

Riesgo en humanos 

Andrea Urbina acotó que en humanos la enfermedad puede ocurrir de dos formas: aguda y crónica. La aguda se caracteriza por síntomas leves similares a un resfriado o pueden estar ausentes. 

 

En la mitad de los casos, suele inflamarse el sitio de entrada del parásito, a la vez en personas expuestas puede presentarse una inflamación en los ojos conocida como signo de Romaña. Esta fase dura alrededor de dos meses, cuando el agente está en la sangre. 

 

Sin tratamiento, los casos agudos pasan a la fase crónica para la cual no hay tratamiento eficaz. Los casos crónicos pueden desarrollarse en 20 ó 30 años y es cuando el parásito se aloja en el corazón y provocar problemas cardiacos. 

 

Manejo ambiental 

 

Con el fin de concientizar a la población de Getsemaní sobre la enfermedad de Chagas, los investigadores a cargo del proyecto visitarán de nuevo las casas seleccionadas para informar a las familias sobre la importancia del manejo ambiental para prevenir los chinches en la casa; además, se concientizará sobre la tenencia responsable de mascotas. 

 

En el primer estudio, la vivienda humana se subdividió en parte interna (intradomicilio) y parte periférica (peridomicilio), y se identificó la presencia de características que facilitan el establecimiento y colonización por parte del vector, por lo que se recomendó un manejo ambiental adecuado. 

 

En el segundo estudio se darán referencias a los propietarios de perros sobre la alimentación de su mascota, la importancia de la higiene, acondicionamiento del lugar de estancia o descanso del perro, control de parásitos externos como pulgas y garrapatas, desparasitación, vacunación periódica, tratamiento de infecciones y heridas, y manejo del animal en áreas públicas. 

 

Los especialistas recomiendan un manejo integral del ambiente, limpieza donde se almacenan objetos, así como cambios y reparaciones en las viviendas, lo cual resulta más efectivo que la fumigación o matar al insecto. De igual forma, evitar que los niños y mascotas estén en contacto con los chinches. 

 

¿Qué es el Chagas?

 

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe al Chagas como una enfermedad mortal causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi, el cual se encuentra presente en zonas endé- micas de 21 países de América Latina, donde se transmite a los seres humanos principalmente por las heces de insectos triatomíneos conocidos como vinchucas, chinches o con otros nombres, según la zona geográfica.

 

Los síntomas, según la OMS, pueden ser fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico en la fase aguda y trastornos cardiacos, así como alteraciones digestivas (típicamente, agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas en la fase crónica.