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Archivo de la noticia: Abril 2013


Autoprotección clave ante riesgo de deslizamientos

 

Ante la imposibilidad práctica de reubicar a los pobladores de zonas vulnerables a inundaciones y deslizamientos, el especialista Nelson Arroyo, de la Escuela de Ciencias Geográficas, hace un llamado a la autoprotección.


 

Se acerca le época lluviosa, y con ella las inundaciones y deslizamientos a lo largo y ancho de todo el país. Sin duda las precipitaciones tienen un gran impacto en estos eventos, pero muchas áreas afectadas, también son producto del deterioro ambiental que se produce por la ausencia o ineficiencia de regulación actual.


El especialista en Gestión Local del Riesgo y académico de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional (UNA), Nelson Arroyo, estudia desde 1999 las zonas que representan mayor vulnerabilidad del país.


“La revisión de los registros aportados por los comités de emergencias locales remitidos a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), nos indican la localización reiterada de estos eventos en los cantones centrales, con la excepción de la ciudad de Liberia en Guanacaste”, explicó Arroyo.


De acuerdo con Arroyo, en la actualidad se desarrolla un estudios donde se ha identificado que estos puntos urbanos centrales, no poseen en su vecindad geográfica inmediata, ríos o relieves que por su caudal o por lo irregular de sus laderas, potencien riesgo inminente, por lo que las reiteradas noticias asociadas a estos peligros en esos lugares, además de confirmar la naturaleza socio espacial del riesgo, pone en evidencia escenarios que de no abordarse integralmente, configuran panoramas de mayor gravedad para los próximos años.


“Es evidente que las ciudades, al ser punto de atracción para pobladores y servicios, no han logrado solventar –pese a reglamentaciones existentes—lo complejo de la vigilancia y el acatamiento que supone el acelerado crecimiento poblacional en áreas de riesgo”, comentó Arroyo.


Como este avance no se ha enmarcado en un proceso de planificación, aunado al modelo de desarrollo imperante, la alternativa es la autoprotección.


 “Lo ideal es reubicar poblaciones enteras en áreas más seguras, pero es bien sabido que esta no es una solución viable. De ahí la importancia de la gestión local del riesgo y el desarrollo de los Sistemas de Alerta Anticipada (SAT)”, explicó Arroyo.


La gestión local del riesgo se basa en el desarrollo de capacidades y participación local. “Es un proceso social complejo, impulsado por estructuras institucionales y organizaciones que buscan en forma permanente la reducción y el control de los factores de riesgo; mediante la aplicación de políticas, estrategias e instrumentos o acciones concretas, las que se articulan con procesos sostenibles de gestión del desarrollo y el ambiente”.


Los SATs son un componente de esa gestión, y se estructuran alrededor de la vigilancia, por ejemplo de una cuenca, y la organización de alertas para comunidades vulnerables.
“El año anterior, desde el Seminario de Gestión Local de Riesgo y Ordenamiento del Territorio, se realizaron trabajos de graduación en Pérez Zeledón y Ciudad Quesada, este año se hace un trabajo similar en Cañas, Guanacaste y Rivas de Pérez Zeledón”, detalló Arroyo.