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Archivo de la noticia: Octubre 2013


Productos caprinos con marca propia

 

El proyecto Producción Sostenible de Rumiantes Menores de la Escuela de Ciencias Agrarias inauguró una planta de procesamiento de productos lácteos caprinos bajo la marca Finca Santa Lucía.


 

La creciente demanda del mercado nacional e internacional por el consumo de productos caprinos y ovinos, presenta gran potencial para que el país aproveche las condiciones geográficas y climatológicas de la región.

Si bien los productos derivados de cabras y ovejas que se producen en el país son de alta calidad y de acuerdo a los especialistas, comparables con la producción europea, es necesario que se incentive y desarrolle una cultura de consumo de estas especies, con el fin de aprovechar su valor nutritivo, calidad y capacidad de producción del entorno costarricense.

El pasado 11 de octubre el proyecto Producción Sostenibe de Rumiantes Menores de la Escuela de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional (ECA-UNA), inauguró una planta de procesamiento de productos lácteos caprinos, bajo la marca Finca Santa Lucía.

“Para ir más allá con nuestra propuesta académica y productiva, a corto y mediano plazo, como principal objetivo de la planta, se pretende constituirla en un modelo agroindustrial con una visión centrada  en la innovación como factor esencial de valor agregado a los productos caprinos y en un laboratorio de capacitación especializada”, detalló Isabel Camacho, coordinadora del proyecto.

“Este es un gran triunfo, porque se ha materializado un proyecto innovador, valioso y viable desde el punto de vista económico; además, mediante la incorporación a la oferta alimentaria del país, de una serie de productos  de inmejorable valor nutritivo”, comentó Tomás Marino, vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar.

Desde el proyecto de Producción de Rumiantes Menores se abordan diferentes temas de investigación aplicada, como el manejo de recursos genéticos y la construcción de un sistema agroindustrial que permitieron optimizar las técnicas para el proceso de calidad de la leche de cabra y de los insumos para la preparación de productos caprinos como quesos y yogurt.

“La investigación científica no es suficiente para garantizar la cadena agroalimentaria; por eso incursionamos  en los procedimiento para cumplir con la normativa nacional. Ya podemos comercializar nuestros productos  bajo la marca Finca Santa Lucía, con los respectivos permisos sanitarios, su composición nutricional y código de barras para competir en el mercado nacional”, comentó Camacho.

De acuerdo con Eduardo Araya, director de la Oficina de Transferencia Tecnológica y Vinculación Externa (OTTVE-UNA), estos son los primeros productos en utilizar un código de barras con un identificador de la UNA. “Desde la OTTVE-UNA se trabajó en el diseño de las etiquetas y en el registro de la marca ante el Registro de la Propiedad Intelectual”, destacó Araya.

Para Camacho, la comercialización de productos y subproductos agroalimentarios, exige la articulación y coordinación estrecha de objetivos e intereses entre productores, actores sociales y consumidores  para garantizar la mejor calidad de los productos y la seguridad alimentaria que demandan los costarricenses.