La actividad volverá a realizarse en 2026, esta vez en el Campus Liberia de la UNA.
Más de 250 adultos mayores provenientes de distintas comunidades guanacastecas disfrutaron de una tarde amena, en la que, al compás del Perfume de Gardenias de la Sonora Santanera y entre juegos tradicionales, compartieron anécdotas de su juventud durante el Encuentro Intergeneracional: Uniendo Vidas. Esta actividad, organizada cada año por la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Nacional (UNA), busca fomentar el intercambio entre generaciones y reconocer los aportes de este sector de la población.
En esta ocasión, el encuentro se realizó a finales de octubre en el salón multiusos de la Sede Regional de Guanacaste de la UCR, donde estudiantes de las carreras de Educación y Pedagogía colaboraron en la atención de los adultos mayores. La próxima edición se llevará a cabo en 2026, en el Campus Liberia de la UNA.
Margot Miranda, docente de Pedagogía en la UNA, comentó que la idea de alternar la celebración entre ambas universidades surgió después de la pandemia. Además, la actividad permite que el estudiantado interactúe directamente con esta población. “Tenemos el honor de contar con adultos mayores de Sardinal, Filadelfia, Cañas, Santa Cruz y Liberia”, destacó.
Por su parte, Angie Pizarro, coordinadora de la carrera de Educación en la UCR, expresó que conmemorar a los adultos mayores es reconocer los aportes que han dado a la sociedad. “Esta es una oportunidad valiosa para que la academia se proyecte a la comunidad e incida en una población que ha contribuido tanto a esta nación”, afirmó.
Carmen Leiva, pionera de este encuentro y hoy jubilada de la UNA, recordó que la iniciativa nació en 2006 desde el Centro de Estudios Generales, a través del Programa de Atención Integral a la Persona Adulta Mayor (Paipam). “Se conoce como Uniendo Vidas porque ese fue el nombre del primer grupo fundado por los estudiantes del curso Cultura y Adulto Mayor, de Pueblo Nuevo, quienes hoy nos acompañan”, explicó.
Voces de antaño
Alberto Corea, asistente al evento, comentó: “Está muy bien que la sociedad fije la mirada hacia el adulto mayor, es un premio que compartan con nosotros. Sin embargo, la paz y tranquilidad de antes se ha perdido. Vivíamos en un ambiente de coordialidad y fraternidad familiar, donde no existían esas grandes diferencias; el rico por un lado y el menos favorecido por otro. Antes éramos un mundo solidario”.
María Cortés, otra de las participantes, resaltó que la actividad es muy bonita por la variedad de dinámicas y el compañerismo entre jóvenes y adultos mayores. Además de sentirse tomada en cuenta. “A quienes se quedan en la casa, les recomiendo que asistan a jornadas grupales, compartan con los demás y hagan ejercicio, porque así hasta se nos olvidan las enfermedades”, recalcó.