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Archivo de la noticia: Junio 2015


Entre el pito y el aula

 

Kimberly Moreira, estudiante modelo de CIEMHCAVI, es la primera mujer costarricense en arbitrar un mundial de categoría mayor.

 


 

En su salveque encontraremos libros, cuadernos, lapiceros, y un pito. ¿Un pito? Sí, también un uniforme negro, una tarjeta amarilla y otra roja. Es el bulto de Kimberly Moreira, estudiante modelo, a quien la Universidad Nacional (UNA) realizó un reconocimiento junto a otros alumnos, gracias a su rendimiento académico y su esfuerzo de superación. 

 

Ella cursa el cuarto año de la carrera de Enseñanza de la Educación Física, al tiempo que a sus 28 años consolida sus otras dos pasiones, el arbitraje y su hogar, desde hace 10 años está casada. “Mi esposo es un apoyo clave, es comprensivo, tratándose de un ambiente tan masculino. El apoyo de la UNA ha sido también vital, sin ella y sin Dios no estaría aquí”, dice Moreira.

 

Su vocación la descubrió de adolescente, aunque ya de niña jugaba al fútbol en su natal Alajuela. A sus 19 años ya arbitraba en ligas menores, luego llegó la segunda división, la categoría mayor de mujeres, el gafete FIFA, dos mundiales menores, hasta que en el 2014 debutó en el campeonato de fútbol masculino de primera división de nuestro país, como línea o asistente.  

 

“Fue duro lidiar con tantas ofensas de jugadores y aficionados, lloré muchas veces, pero ya con los años uno aprende a elaborarlo, ahora me respetan más, y para nada me afecta, no me desconcentra”, explica Moreira.

 

Después de casi 10 años en el arbitraje, y antes de salir hacia del país para convertirse en la primer línea costarricense en un mundial mayor, el de Canadá 2015, Kimberly Moreira dijo guardar una larga lista de anécdotas. “Una vez levanté la banderilla marcando un fuera de juego a un jugador, éste se acercó a reclamarme, pero cuando me vio, sonrió y terminó por besarme en la mejilla”, recuerda Moreira.

 

Desde hace 40 años, la Vicerrectoría de Vida Estudiantil de la UNA hace un reconocimiento anual a los estudiantes que sobresalen académicamente, y se distinguen por su quehacer artístico, deportivo y social.