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Archivo de la noticia: Marzo 2015


Agua en jaque

 

La vulnerabilidad del recurso hídrico en Heredia fue analizada por expertos, durante un foro organizado por la Comisión Interinstitucional del Agua y la Facultad de Ciencias Exactas.

 


 

Ellos se han formado gracias a centenarias filtraciones de agua llovida, agua que brotará a la superficie con los años, en forma de nacientes, ojos de agua, ríos, manantiales y que será conducida hasta su casa por tuberías. Son los mantos acuíferos.

 

El norte de Heredia es una de las regiones más ricas del país en agua subterránea, principal fuente de abastecimiento para el consumo humano. Estos mantos acuíferos “corren” a lo largo de los cantones de Barva, San Isidro, San Rafael, Heredia Centro, Santa Bárbara, Belén y Flores. Se estima que casi un millón de costarricenses dependen de ellos. Hoy este recurso está amenazado: expansión urbana, industrial y agrícola no planificada, así como el mal manejo de las aguas residuales, comprometen el preciado líquido. 

 

Así lo concluyeron especialistas invitados al foro “¿Es vulnerable el recurso hídrico en Heredia?, realizado en la Sala de exrectores de la Biblioteca Joaquín García Monge. “Sí, hay zonas de alta vulnerabilidad. Debemos generar herramientas para la protección de los acuíferos.

 

Por ejemplo, no hacemos tratamiento de aguas residuales, y muchas de ellas terminan vertidas en todo el acuífero. Algunas van hacia cauces superficiales, y recordemos que un río aporta agua al acuífero, por lo tanto es una fuente potencial de contaminación, es una amenaza a la calidad de agua subterránea", explicó Alicia Fonseca, experta del Laboratorio de Hidrología Ambiental de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional (UNA).

 

La cuenta regresiva comenzó, y para químicos y biólogos la intervención debe ser inmediata. La protección de manantiales y pozos, el monitoreo constante en la calidad del agua subterránea, y la promoción de incentivos económicos para fomentar actividades de menor impacto ambiental, aparecen entre las medidas impostergables: “debemos establecer redes de monitoreo, un plan de gestión ambiental, consolidar políticas de reforestación en las riberas, intensificar las campañas de limpieza en los cauces, y renovar un alcantarillado sanitario de casi 80 años.

 

Se calcula que el 96% de las aguas residuales no recibe tratamiento alguno antes de ser vertidas a ríos”, puntualizó Leonardo Mena, representante de la Escuela de Química de la UNA.

 

 

El evento fue organizado por la Rectoría, la Vicerrectoría Académica, la Vicerrectoría de Investigación, la Comisión Interinstitucional de Agua, y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.