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Archivo de la noticia: Mayo 2015


Pasión con huella

 

La Facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar rindió homenaje a Eduardo Carrillo, académico a quien designó para ofrecer la clase inaugural bajo el título “Conservación de jaguares en Costa Rica, avances y perspectivas”.



 

Su primer amor lo conoció a los 15 años,  el Parque Nacional Santa Rosa tenía apenas tres años de creación,  y con mochila en mano y el dinero justo para el pase y unas latas de atún, emprendió su aventura.  Al bajar del bus caminó cerca de 22 kilómetros; en su camino vio una danta y un manigordo, al llegar a Playa Nancite observó cientos de tortugas anidando; así conoció el bosque seco tropical, de inmediato supo, que le había robado el corazón.

 

Eduardo Carrillo percibió que su vida estaría ligada a los animales desde los siete años, cuando observaba un programa de Jacques Cousteau y le dijo a su mamá “yo quiero ser como él”, más de cuatro décadas después, es el director del Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA) desde donde  ha dedicado su vida a la protección del jaguar y sus presas.

 

Eduardo proviene de una familia muy humilde de Guadalupe de Goicoechea, con grandes esfuerzos y el apoyo de sus padres, superó el “usted no va a poder” por un trabajo que le depara múltiples satisfacciones.

 

“Conocer la historia natural requiere esfuerzo y pasión. Los primeros collares que pusimos a chanchos de monte en Corcovado los compramos Joel (Sáenz) y yo de nuestra plata, hoy tenemos proyectos ahí, en Santa Rosa, Monteverde, la Reserva de San Ramón y el Parque Nacional Barbilla.  A veces no hay plata pero hay voluntad, no hay GPS pero hay lápiz, libreta y brújula, y lo más importante hay pasión”.

 

Gran parte de su trabajo lo ha desarrollado en el Parque Nacional Corcovado, ha sido testigo de cómo las poblaciones de jaguares y sus presas han disminuido considerablemente a lo largo de la última década, sus denuncias en contra de la orería le han generado amenazas contra su vida, pero asegura, siempre luchará por lo que  cree.

 “Ahora he vuelto a Santa Rosa, mi primer amor, a lo largo de estos años hemos aprendido mucho sobre los jaguares. Ahora estamos desarrollando un trabajo muy fuerte allá, porque las poblaciones han aumentado y quiere decir que se están haciendo bien las cosas, y debemos proteger ese tesoro ”.

 

Entre los senderos del bosque o desde su oficina, Eduardo es un guardián de la naturaleza, su pasión por lo que hace lo lleva a convertir su lucha en su modo de vida. Cuenta que cada vez que ve un jaguar su corazón palpita con la emoción de una primera vez, a la fecha ha visto 32, muchos dicen que tiene una conexión especial con ellos, para otros, es la forma  en que estos felinos, ocultos entre las hojas, le salen a su paso para agradecer su protección.

 

Homenaje

 

Por su ejemplo de trabajo y esfuerzo, la Facultad de Ciencias de la Tierra y Mar (FCTM) le rindió homenaje el pasado 26 de febrero a Eduardo Carrillo, designado para ofrecer la clase inaugural bajo el título “Conservación de jaguares en Costa Rica, avances y perspectivas”.

 

“En su largo caminar, Eduardo da testimonio no solo de sus habilidades en el campo científico, sino también de los valores que debemos inculcar en nuestro educandos”, dijo Marco Herrero, decano de la FCTM.