Con expertos de China y el Reino Unido y participantes de al menos 15 países de América Latina y el Caribe, se desarrolló, del 19 al 23 de noviembre, el V Simposio Latinoamericano y Caribeño del Bambú bajo el lema “Desde sus raíces”. Este evento fue organizado por la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional, la Organización Internacional del Bambú y el Ratán (INBAR), la Sociedad Colombiana del Bambú y la Red Internacional de Universidades y Centros de Investigación del Bambú (RIUCI-Bambú), con el apoyo económico de la Cooperación Española.
América Latina y el Caribe albergan unas 600 especies de bambú, tanto en estado natural como en plantaciones, solas o combinadas con otros cultivos. Estas se extienden desde los 39° de latitud norte, en el este de los Estados Unidos, hasta los 47° de latitud sur, en Chile. Al este alcanzan varias islas del Caribe y al oeste llegan hasta los 4,300 metros sobre el nivel del mar en los Andes ecuatoriales.
“En este simposio, la idea fue reunir a los expertos de la región para generar transferencia de conocimiento y capacidades que permitan el desarrollo del bambú. Desde nuestra escuela, por ejemplo, estamos comprometidos con la mejora del ambiente y creemos que este es un elemento indispensable que nos brinda esa oportunidad”, detalló Marilyn Rojas, coordinadora del simposio y académica de la Escuela de Ciencias Ambientales.
De acuerdo con la especialista, desde hace una década Costa Rica ha retomado su interés en el bambú. Diversas instituciones y organizaciones han impulsado proyectos enfocados principalmente en su uso en construcción y en la producción de brotes comestibles, siempre en armonía con la conservación.
En el evento participaron expertos en áreas como construcción, taxonomía, innovación, modelos de negocio y plantaciones, entre otras. “Yo trabajo con el bambú en su estado natural, pero se necesita un conocimiento muy profundo para utilizarlo, porque cada uno es diferente del otro, cada bosque es diferente. Si se trabaja natural, el proceso de investigación es muy amplio. Si se trabaja laminado, es bastante más sencillo y se puede trabajar como la madera. Trabajo en países con diferentes climas, así que en los proyectos uno debe considerar la nieve, el verano, el invierno. El bambú se puede utilizar en cualquier lugar, pero depende del diseño”, explicó Mauricio Cárdenas, arquitecto colombiano radicado en Italia, quien actualmente desarrolla un proyecto en China.
En la región se encuentra aproximadamente el 35 % de las especies de bambú del mundo, y durante décadas sus habitantes lo han utilizado para construir embarcaciones (balsas de bambú) que permiten movilizar animales menores y frutos para su comercialización, así como viviendas, puentes, instrumentos de caza y pesca, instrumentos musicales, acueductos rurales, canastos, entre otros.
Vinculación internacional
La realización de este simposio coloca a la Universidad Nacional en una posición clave de vinculación internacional, permitiendo que expertos de esta casa de estudios intercambien teorías y enfoques metodológicos sobre un sector productivo emergente como el del bambú. “Costa Rica tiene ventajas en la producción de bambú, y el gran paso y reto de la Universidad es promover su transformación para generar valor agregado y ofrecer alternativas a muchas familias, principalmente en la región brunca”, destacó Martín Parada, vicerrector de Extensión.