Jhonny Núñez / Natalia Salas. El 29 de septiembre, la Universidad Nacional (UNA) se suma a la conmemoración del Día Mundial del Corazón, una iniciativa global que resalta la relevancia de la salud cardiovascular. Las enfermedades del corazón son la principal causa de mortalidad a nivel mundial, especialmente en América, donde generan 1.6 millones de decesos anuales, mayoritariamente en personas entre 30 y 69 años.
Desde hace más de 20 años, la UNA desarrolla el programa Centro de Rehabilitación Cardiovascular de la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida (Ciemhcavi). Este programa surgió por la necesidad de ofrecer un espacio donde personas con enfermedad cardiovascular (ECV) puedan recuperar su calidad de vida mediante un enfoque multidisciplinario. El programa mejora el funcionamiento físico, psicológico y social de los pacientes.
El proyecto comenzó a principios de la década del 2000 y se consolidó gracias a la investigación realizada por los académicos Jorge Salas y Luis Blanco. En 2023, se inauguró un centro adicional en el Campus Liberia, que amplía el alcance de sus beneficios a la población.
Ciemhcavi también habilitó un servicio de rehabilitación para pacientes oncológicos. Este programa, que funciona tres veces por semana y actualmente no tiene costo, se centra en la prescripción del ejercicio.
El Departamento de Salud de la UNA ofrece recomendaciones para promover una buena salud cardiovascular:
· Realizar ejercicio constante.
· Mantenerse bien hidratado.
· Controlar la presión arterial.
· Mantener niveles óptimos de colesterol en sangre.
· Procurar una buena calidad de sueño.
· No fumar.
· Evitar el consumo excesivo de alcohol.
· Evitar bebidas energéticas y alimentos procesados con alto contenido de sodio.
· Realizar chequeos médicos anuales.
· Consumir a diario alimentos ricos en fibra, como frijoles, lentejas, garbanzos, vegetales crudos y frutas con cáscara comestible.
· Limitar el consumo de café a no más de tres tazas diarias.
· Reducir el consumo de alimentos con azúcares añadidos.
Estudios demuestran que los programas de rehabilitación cardiovascular pueden reducir la mortalidad entre un 20% y un 25%, mejorar la capacidad funcional entre un 10% y un 34%, y disminuir la presión arterial sistólica y diastólica. Además, contribuyen a la reducción de factores de riesgo coronario y mejoran la calidad de vida.
José Andrés Trejos, coordinador del programa, enfatiza la importancia de realizar evaluaciones periódicas y mantener buenos hábitos de vida. “Realmente es tener buenos hábitos de vida para no llegar a un centro de rehabilitación cardíaca y si por cosas de la vida les toca llegar a dicho centro, busquen profesionales especializados en esta área. Recordemos que en algunos gimnasios las personas que están ahí no tienen el bagaje o la experiencia para trabajar, hacer ejercicio y entrenar a una persona con enfermedades cardiovasculares, entonces la recomendación es primero buscar siempre al profesional”, dijo Trejos.
Las personas interesadas en el programa pueden solicitar una cita de valoración inicial a través del correo