Cuando se trata de atender el problema de la infraestructura en centros educativos, todos coinciden en la urgencia y en la necesidad de hallar una solución, pero cada uno propone caminos diferentes.
Al menos así lo visualizan cuatro candidatos a la Presidencia de la República quienes asistieron al tercer y último debate UNA Costa Rica Decide 2026, organizado por la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad Nacional (UNA), el pasado 9 de diciembre.
Se trata de Ariel Robles del Partido Frente Amplio (FA), Ronny Castillo del Partido Aquí Costa Rica Manda (ACRM), Douglas Caamaño del Partido Costa Rica Primero (PCRP) y Eliécer Feinzaig del Partido Liberal Progresista (PLP). A esta convocatoria declinó su participación Fabricio Alvarado del Partido Nueva República (NR), mientras que Walter Hernández del Partido Justicia Social Costarricense (PJSC) se ausentó por motivos de salud.
A la fecha, existen 879 órdenes sanitarias en centros educativos, algunas con un mayor grado de severidad que otras. Lo cierto del caso es que el día a día de la enseñanza que reciben estudiantes de escuelas y colegios en distintos rincones del país se combina con aulas en mal estado, servicios sanitarios dañados, goteras en cielorrasos, paredes agrietadas y condiciones de humedad, calor y lluvia que alteran el proceso normal de aprendizaje.
La promesa de Ariel Robles del FA es atender en su primer año de gestión 100 órdenes sanitarias, entre las más urgentes. Sin embargo, hizo un llamado a tener una “memoria histórica” por los años de abandono que, dice, han dejado en estado de precariedad a muchas escuelas y colegios, aunado a los recortes presupuestarios a la educación pública en los últimos gobiernos.
Para Ronny Castillo de ACRM la estrategia debe cambiar hacia la aplicación de un modelo de economía mixta, con participación del sector privado en la solución de un tema de interés público. Al respecto, considera relevante sumar a los gobiernos locales en este desafío.
Más tajante fue Douglas Caamaño del PCRP quien considera inminente la disolución de la Dirección de Infraestructura y Equipamiento Educativo (DIEE) del Ministerio de Educación Pública (MEP), que a lo largo de los años, ha sido blanco de críticas por los problemas de gestión para atender las órdenes sanitarias acumuladas. El candidato propone crear unidades de ejecución temporales en cada dirección regional del MEP y atender más de 450 centros en los primeros 100 días.
Por su parte, Eliécer Feinzaig, del PLP, también apuntó sus críticas hacia la DIEE, pero su visión va más hacia una reformulación de esta dirección para convertirla en una oficina de proyectos (Project management) que supere la barrera de lo que considera es una “burocracia inoperante”. También considera necesario eliminar algunas funciones administrativas a las Juntas de Educación que se han visto impedidas de avanzar en proyectos de infraestructura por este tipo de labores.
Esta participación correspondió al eje temático de “Educación y cultura” que se le planteó a los aspirantes presidenciales.
En ese mismo eje se les consultó a los candidatos cómo garantizarían los derechos de la niñez y la adolescencia desde la educación. Feinzaig propuso un diálogo nacional que abarque sindicatos de educación, universidades y actores políticos para aumentar la inversión pública. Ariel Robles advirtió que “un niño con hambre no aprende” y ante ello se debe universalizar el sistema de alimentación y para ello estima urgente asegurar el 8% constitucional del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación.
Ronny Castillo tiene la visión de un MEP que se dedique de lleno a la labor de educar y no de construir centros educativos. Estas se pueden llevar a cabo por medio de alianzas público-privadas, aseguró, mientras que Douglas Caamaño es partidario de declarar emergencia en la educación pública de manera que se puedan hacer la intervenciones necesarias.
Al cierre del debate, la secretaria de la Federación de Estudiantes de la UNA, Daniela Chaves le consultó a los candidatos su posición con respecto al derecho a la salud dentro de la regulación del aborto terapéutico, a raíz de la derogatoria de la anterior norma técnica sobre la interrupción del embarazo.
Feinzaig aseguró que en un eventual gobierno suyo revertiría la anterior norma técnica y restituiría la opción de interrumpir el embarazo en el caso de peligro para la salud de la madre con base en criterios técnicos y médicos justificados. Robles, por su parte, coincidió con la visión del candidato del PLP y atribuyó el cambio en la norma anterior al “sesgo machista y patriarcal que existe en la sociedad costarricense”.
Castillo se definió como un candidato con una postura conservadora y pro vida y enfatizó en que la norma técnica debe restablecerse, sin aspectos de regresividad en derechos humanos ni influencias politizadas. Caamaño es partidario de que en este tema “la mujer decide” y la intervención del Estado debe ser delimitada hacia indicar las consecuencias de las decisiones que se adopten.
Sobre los motivos que los hace postular sus nombres para ocupar la silla de Zapote, Robles se consideró “hijo de una institucionalidad” que le permitió educarse y sensibilizarse con la realidad social del país. Castillo dice ser parte de una nueva generación que clama por una política de integralidad.
Caamaño tiene una visión hacia el desarrollo tecnológico y la innovación como palanca para el progreso de una nación, mientras que Feinzaig dice responder a la voz popular que dice no ver oportunidades y que él, desde su formación, aspira a devolver esa esperanza en la ciudadanía.
Durante el debate, los candidatos también expresaron sus posiciones con respecto a temas como la transición energética y la adaptación al cambio climático (eje Ambiente), la violencia digital y los femicidios (eje Seguridad ciudadana y justicia), atención de la infraestructura y regulación de las plataformas de transporte (eje Economía y competitividad) y la vinculación de la violencia como un tema de salud pública así como la formación y retención de especialistas médicos (eje Salud y seguridad social).
En total, en los debates de la UNA participaron 14 de los 20 aspirantes presidenciales quienes tuvieron la oportunidad de debatir sobre estos ejes.