Hoy conmemoramos no solo la histórica Anexión, sino que también reflexionamos sobre nuestro presente y futuro como país. Hace 200 años, el Partido de Nicoya decidió unirse a Costa Rica en un acto de valentía y visión. Hoy, al celebrar este evento histórico, nos preguntamos si la clase política actual posee la misma valentía y visión.
Nuestra responsabilidad es escuchar las diversas voces de Guanacaste, comprender sus desafíos y aspiraciones, y comprometernos a resolver las deudas históricas que no pueden esperar otros 200 años. Si bien celebramos la reapertura del puente del Tempisque, debemos también construir puentes de respeto y diálogo con las comunidades fuera de San José. Es crucial reconocer que las soluciones no están solo en la capital, mientras problemas como el desabastecimiento de agua en Guanacaste y la falta de avance en compromisos históricos persisten sin resolverse adecuadamente.
Por ejemplo, en 2016, las comunidades de Playas Hermosa y Panamá enfrentaron una crisis de agua debido a la sobreexplotación y salinización del acuífero. En Playas del Coco, la comunidad ha alertado sobre la extracción de agua para un proyecto residencial de lujo, Azul Paraíso, que se vendió sin contar con agua potable. También se han construido pozos ilegales en Condominios del Coco, y hay desabastecimiento en otras zonas de Sardinal de Carrillo. A esta problemática se suman el desempleo, la gentrificación, la violencia, la pobreza y la crisis climática, que afecta con sequías severas y constantes amenazas de incendios forestales. En 2021 se atendieron 24 incendios forestales, y en 2022, 89, con la pérdida de 3,742 hectáreas de bosque en la provincia.
Como país, no podemos ignorar los datos que desafían cualquier discurso político. Como dice el presidente Rodrigo Chaves, "dato mata relato". En 2023, los homicidios en Costa Rica aumentaron casi un 40% respecto al año anterior. Las listas de espera en la CCSS superan los 1. 200 mil pacientes, y más de 900 centros educativos enfrentan cierres técnicos o sanitarios. La falta de apoyo al sector productivo nacional, la intención de modernización y venta de activos estatales como ICE, RECOPE y BCR, son preocupantes.
Según el INEC, la pobreza general en 2023 afecta al 23.6% de la población, mientras que la pobreza extrema afecta al 6.5%. La brecha entre producción y empleo se amplía, con un índice del PIB del 13% en 2023, pero un -3% en empleo. La dependencia económica está concentrada en el crecimiento de las zonas francas.
Estos datos representan comunidades y familias a las que se les niega un futuro mejor. Por ello, diversas organizaciones de sectores sociales y productivos creemos que es hora de que los liderazgos políticos reconozcan la gravedad de la situación, abandonen el ego y actúen para resolver la crisis que se ha profundizado en el actual gobierno.
Este gobierno ha deforestado Gandoca-Manzanillo, no ha construido hospitales, ha ignorado las demandas ciudadanas, atacado y censurado a quienes piensan diferente, recortado presupuestos esenciales para educación y debilitando el papel de los tres Poderes del Estado y la participación ciudadana. Según el último informe del Estado de la Nación (2023), Costa Rica está sumida en la inmediatez y ha descuidado su rumbo, poniendo en riesgo los logros históricos como los 200 años de la anexión.
Costa Rica ha olvidado una democracia que busca el bienestar de todas las personas, promoviendo la producción con una justa distribución de la riqueza y en armonía con el medio ambiente. En este escenario de incumplimiento de las promesas del contrato social, es crucial que entendamos que el debilitamiento de las instituciones públicas y las reformas que afectan su propósito esencial no solo dañan nuestro sistema democrático, sino que también aumentan la desigualdad social, la inseguridad y la pobreza.
Hacemos un llamado URGENTE a la unidad nacional y a la acción en las calles. La protesta social es un derecho humano que nos permite ejercer control político y expresar nuestras inconformidades frente a un gobierno que cierra sus puertas a la participación y al diálogo social. Debemos defender activamente nuestras instituciones, activar los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, y superar las diferencias sectoriales y partidarias para alzar la bandera de Costa Rica en favor de las mayorías.
Por estas razones, las organizaciones vivas, territoriales, gremiales y estudiantiles de Guanacaste y todo el país, nos unimos a esta acción pacífica en defensa de la libertad de expresión, la democracia y el Estado Social de Derecho. Hacemos un llamado a volver a escuchar a Guanacaste con una perspectiva más equitativa y a honrar las luchas de un pueblo pluricultural que ha contribuido enormemente a Costa Rica durante estos 200 años de anexión.
¡Que viva el Tempisque, que vivan los estudiantes, pero que viva más Guanacaste, que resiste contra gigantes!