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Archivo de la noticia: Noviembre 2014


En las entrañas del Turrialba

 

Equipados con lo último en tecnología, expertos del OVSICORI mantienen vigilancia en el volcán Turrialba.


 

Equipados con lo último en tecnología, los expertos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (OVSICORI-UNA) no le pierden la vista al volcán Turrialba, después de la erupción estromboliana del pasado 29 de octubre. Vulcanólogos y sismólogos, especialistas en geoquímica, geodesia y sismología volcánica, caminan de sol a sol.

 

Pero quizás una de las penetraciones más reveladoras se produjo el pasado domingo 2 de noviembre, cuando el vulcanólogo Eliécer Duarte llegó a las “barbas” del coloso. Luego de una caminata de más de 2 horas, su cámara “desnudaría”, lo que ocurre hoy en su cima.


“Hemos visto piedras de más de 2 metros de diámetro, lanzadas hasta una distancia de 150 metros, sedimentos y ceniza por doquier, y un cráter activo ensanchado, con una importante actividad”, afirmó Eliécer Duarte, como parte de sus observaciones, durante un soleado día.


Su trabajo forma parte de todo un esfuerzo institucional de OVSICORI, por interpretar las señales del Turrialba: “las estaciones de GPS que estamos colocando en sus faldas, nos ayudarán a medir la deformación de la corteza, tanto su desplazamiento horizontal como vertical; así cuando hay ascenso de magma, el edificio volcánico tiende a inflarse, y cuando hay contracción en el conducto magmático, el edificio volcánico tiende a contraerse, es decir, los cambios superficiales nos ayudan a entender qué está pasando dentro del volcán”, asegura Enrique Hernández, experto en geodinámica de OVSICORI.


Y si de señales se trata, los gases y partículas propios del ambiente cercano, tienen mucho que decir: “a punta de estaciones con muestreadores, logramos medir la composición de las sustancias emanadas por el volcán, ver la calidad del aire, y determinar posibles implicaciones para la salud humana, enfermedades respiratorias por ejemplo, y sus efectos en la agricultura y la ganadería”, enfatizó Ricardo Sánchez hidrólogo de la UNA.


El análisis de las aguas que corren por sus riachuelos, la modificación del bosque cercano, convertido hoy en un cementerio de árboles, la recolección de cenizas para su análisis en laboratorio, y la “lectura” de los materiales acumulados bajo el suelo por siglos, son algunas de las tareas que estos apasionados por la tierra y sus fenómenos desarrollan, una pasión que los lleva en ocasiones a las entrañas de la naturaleza.


La UNA reconoce estar a la vanguardia en el estudio y elaboración de criterios técnicos, para la toma de decisiones en caso de emergencia. Esta última tarea está a cargo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE)