Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility

Concientización en el manejo de los bienes públicos

Cuando se trata de bienes públicos, cada país tiene su forma de hacer un uso adecuado de los mismos, y nos lleva a una justa y necesaria forma de hacerlo, así como concientizar su manejo. El director de la Escuela de Economía UNA, Jorge Andrey Valenciano, nos expone sobre este tema desde el punto de vista económico.

Los bienes privados tienen la característica de que sobre ellos existen derechos de propiedad, es decir, dichos bienes tienen un dueño el cual tiene el derecho exclusivo de uso del bien; el Estado debe garantizar que los dueños disfruten de los bienes sin que terceras personas lo impidan, por ejemplo, mediante el hurto. Desde el punto de vista económico los bienes privados son exitosamente asignados por medio del mercado. A diferencia de estos, los bienes públicos y los bienes comunes -o comunales-,  no tienen derechos de propiedad, esto quiere decir, que en la mayor parte de los casos no existe exclusión en el uso y por lo tanto cualquier persona o consumidor podría hacer uso de dichos bienes si así lo desea.

En el caso de los bienes públicos, además de la no exclusión de su uso, no hay rivalidad en el consumo, es decir, esto quiere decir que, al estar disponible para una persona, al mismo tiempo está disponible para todas las demás. Existen bienes públicos dados por la naturaleza como el aire y oxígeno que respiramos, el cual cumple a cabalidad con las dos características anteriores. No exclusión, dado que todas las personas del planeta respiramos. Y no rivalidad, dado que el oxígeno que una persona respira no limita la posibilidad de respirar de las demás. Muchos bienes públicos son provistos por las municipalidades y los gobiernos para mejorar la calidad de vida de las poblaciones, entre ellos, las aceras por las que transitamos, las carreteras, las zonas verdes y parques comunales, el sistema de alcantarillado, la educación primaria y secundaria, entre otros. Usualmente son los gobiernos los que proveen los bienes públicos ya sea directamente o por medios de concesiones.

Para proveer y gestionar los bienes públicos, el gobierno y las municipalidades deben realizar inversiones y gastos, los cuales son cubiertos mediante los impuestos que se cobran, ya sean impuestos directos como el impuesto de la renta, o indirectos como el impuesto al valor agregado. Si no hay suficientes ingresos mediante impuestos, los estados tienden a endeudarse para poder ofrecer bienes públicos adecuados.

La disyuntiva, principalmente en los países latinoamericanos, proviene en que los agentes económicos desean tener bienes públicos de altísima calidad contribuyendo para ello con la menor cantidad de dinero en impuestos. La justificación es que los impuestos no se aprovechan adecuadamente y los bienes públicos que se ofrecen son mediocres, pero también podríamos verlo del otro lado, los servicios y bienes públicos son mediocres en muchos países latinoamericanos dado que no se recauda lo suficiente.

En ambos sentidos de la ecuación, tanto ingresos como gastos, se debe trabajar. Las inversiones que se realizan por parte de los Estados deben ser más eficientes, el gasto para proveer bienes públicos de calidad debe encausarse mejor, de manera que se disminuyan las ineficiencias en la asignación. Además de que el Estado debe disminuir la elusión por parte de muchos sectores que podrían contribuir mucho más al desarrollo del país. También por el lado de los contribuyentes debe existir la conciencia de que mayor calidad y cantidad en los bienes públicos requiere necesariamente del pago responsable y equitativo de los impuestos.  Se debe recordar que una base impositiva global más amplia en promedio está asociada a mejor disponibilidad de bienes públicos y por ende mejor calidad de vida, por ejemplo, Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Austria, Noruega, entre otros tienen altas tasas impositivas, pero disfrutan de altos índices de desarrollo humano.

Desde el punto de vista de los usuarios, también debe existir conciencia en el uso de los bienes públicos, sobre todo los que tiene que ver con aquellos relacionados con el ornato, el cuidado y el transporte. Es común observar en los últimos años como los parques y zonas verdes, destinados para el disfrute de toda la familia (especialmente de los niños), se han convertido en muchos casos en zonas llenas de heces de perro, en donde se mezcla el mal olor y la suciedad. Algunos bienes públicos naturales como las playas también son objeto de la mala educación de muchos usuarios que depositan las bolsas de basura y botellas plásticas en ellas. Nuestras carreteras también se han convertido en un bien público peligroso, donde muchos conductores temerarios, día a día, ponen en peligro la vida de terceras personas.

Recordemos que la disponibilidad de bienes públicos depende de las adecuadas inversiones del estado, pero que, cada uno de nosotros debe velar por el adecuado uso que se haga de ellos, y sobre todo de que su disposición y calidad depende, a final de cuentas, de los ingresos con que cuentan las municipalidades y el Estado para poder invertir en ellos.

Breves

Febrero 28, 2024

Campamento exitoso

Febrero 15, 2024

¡Son bienvenidos!

Diciembre 06, 2023

LA UNA por los océanos

Diciembre 05, 2023

Noches de ópera

Septiembre 29, 2023

¡Conversemos sobre salud!

Agosto 07, 2023

III Edición EDA Expo

Mayo 03, 2023

¡Vamos a la UNA!

Marzo 22, 2023

Justicia curricular