“La consciencia identitaria de un pueblo está determinada en gran medida por el conocimiento de su propia historia, cita Harold Robinson Davis,  exdirector regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)  en la presentación del libro Los afrodescendientes en el Caribe costarricense: aportes a la construcción del paisaje cultural, escrito y editado por el académico de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional Carlos Morera Beita, y Guillermo Navarro Alvarado del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica.

“La invisibilización de las personas africanas y sus descendientes no fue un hecho fortuito, sino producto de un proyecto colonial que le restó valor a las identida­des de pueblos originarios y africanos en las Américas. Se trata de un continuum de exclusión que se muestra hoy en las disparidades demostradas con los datos, las mayores del mundo. El caso de Costa Rica no es único, sino que refleja una realidad común, una línea de invi­sibilidad de estas identidades que atraviesa todo el con­tinente”, escribe Robinson.

Para el exdirector regional, “esta compilación dimensiona correctamente la naturaleza de la presencia de africanos y sus descen­dientes en la región: su papel en los conflictos de la conquista entre las potencias coloniales y las civiliza­ciones autóctonas, no siendo meros observadores pasi­vos marginales como siempre se nos ha intentado decir, sino como protagonistas. No solo defendiendo intere­ses de otros mediante alianzas, pero también buscando adelantar sus propios intereses de libertad, seguridad y medios a través de dichos alineamientos estratégicos con diversos actores”.

Si bien la presencia en el país de los afrodescendientes se remonta a la época colonial, poco se ha estudiado sobre sus aportes a la construcción del paisaje cultural. Este libro describe las dinámicas socioespaciales  entre 1700-1870, el impulso a la siembra de cacao en la costa del Caribe, la presencia de personas esclavizadas, los caseríos en la boca de los ríos, la compleja interrelación entre pueblos indígenas y africanos libres, y el aporte de las mujeres afrocaribeñas, entre otros. 

Si bien los  autores señalan que la presencia de los afrodescendientes en Costa Rica ha sido objeto de diversas investigaciones, destaca un enfoque que considera que la presencia de afrodescendientes en esta región se reduce a los últimos ciento cincuenta años, cuando inició la migración de los afroantillanos. “No obstante, esta investigación dimensiona la presencia de africanos y afrodescendientes tanto esclavizados como libertos, como los principales actores del ciclo del cacao durante el siglo XVII y XVIII en la región Caribe”.Este libro fue presentado en pasado 25 de mayo en el Centro Cultural de España. Puede descargar la versión digital en el siguiente enlace: https://bit.ly/3Wj31wZ